miércoles, 8 de abril de 2015

Teatro

Contaba el otro día que tenía pendiente reseñar varias obras de teatro que he ido a ver en los últimos meses. Cuatro, para ser exactos. No sabía muy bien cómo enfrentarme a ellas, por miedo a que me quedara un post muy largo, y me llegué a plantear dedicarles un día a cada una, en plan “lunes de teatro”. Mira tú por dónde, así hubiera tenido un post por semana sobre teatro durante un mes. Pero al final, me he rajado y he vuelto a la idea inicial de agruparlas en un único post. Llevo demasiados días sin publicar y, en un par de semanas, voy a pasar casi tres (semanas) sin apenas conexión, así que o publico todo hoy o se queda en el limbo de los borradores.

“80’s. Ombres de dona” de EmbruixArt es una de esas obras de las que no conviene contar demasiadas cosas, porque hay muchas sorpresas dentro. Pero lo que sí que puedo decir es que es un homenaje a las películas de Almodóvar, a sus canciones y a sus mujeres. Música, baile, la atmósfera brillante del cine almodovariano y varias historias de mujeres. Ya hace unos meses que la vi, pero este fin de semana la vuelven a representar, así que la recomiendo y no sólo porque salga un amigo mío, que también.

En el fin de semana largo vacacional de finales de enero, aprovechamos la visita a Barcelona para ir a ver un musical, “Sister Act”. Algunos de los componentes del grupo de frikis amigos que fuimos tienen por costumbre ir al teatro cada año en este viaje, pero para mí fue la primera ocasión. Y valió la pena. La historia es bastante conocida: cabaretera de poca monta, testigo de un asesinato, tiene que refugiarse en un convento de monjas. Las canciones son diferentes a las de la película, pero todo el montaje destila alegría, buen rollo y positivismo por los cuatro costados. Me lo pasé pipa.

Fui a ver la última función de “Hello musik” casi de casualidad. Y no sé muy bien cómo definirla: tenía algo de concierto de un coro (el Mallorca Gay’s Chorus, que ya había visto antes), pero también tiene teatro, es casi, casi un musical, pero no llega a serlo. O sí. Bueno, es todo eso y un algo más. Es también un homenaje a “Sonrisas y lágrimas”, a su historia y sus canciones, pero también a otros muchos musicales. Lo pasamos muy, muy bien. Reímos y lloramos de risa, cantamos y bailamos. No sé cómo, pero acabé bailando en el escenario, como ya pasó la última vez que fui a ver un concierto de música coral, hace un año, allá por el Hemisferio Sur. Y yo tan feliz.

No había visto nunca representada “El método Grönholm”, ni tampoco la película basada en el texto, aunque sabía de qué iba. Me sorprendió mucho, muchísimo y para bien. Quiero decir, me la esperaba buena, pero el texto es fabuloso, me pasé media obra pensando “Ojalá yo fuera capaz de escribir algo así”. Y la versión que yo vi fue maravillosa, con unos actores entregados y con un toque divertido que, por lo que me han contado, no está en todas las adaptaciones. Sublime, de verdad.

Pues no ha sido para tanto. Pero ya lo dicen, lo bueno si breve, dos veces bueno.

2 comentarios:

  1. Pues hemos ido a ver las cuatro obras juntetas. ¡Mira tú qué bonito! Y las cuatro me gusstaron very much. :)

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