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miércoles, 17 de febrero de 2016

Venidos a menos

“Venidos a menos” es un espectáculo gamberro y divertido, creado y protagonizado por David Ordinas y Pablo Puyol. Es tan gamberro que la sala donde estaba programado para los próximos días en Madrid ha decidido cancelarlo, por ser demasiado transgresor y fuerte. Yo no diría ni que es tan transgresor ni tan fuerte, pero de eso ya hablaré luego.

Vayamos por partes. Tenía ganas de ver este espectáculo desde que en verano vi a estos chicos en “Póker de voces”. “Venidos a menos” no tiene nada que ver con “Póker de voces”. Bueno sí: tienen que ver que son espectáculos protagonizados con gente con mucho talento, grandes artistas, que hay música y que hay humor (en distinta manera). En “Venidos a menos”, Ordinas y Puyol se ríen de sí mismos y de muchas otras cosas como de las relaciones, del sexo, de la religión y hasta de la corrupción. Es de esos espectáculos de risas continuas, de cachondeo, de decir verdades como la copa de un pino escondidas entre notas y humor. Sí, es un espectáculo descarado, donde se habla de temas casi tabús sin tapujos (los ya mencionados) y se dicen muchas palabras (más o menos) malsonantes como ésta y ésta y ésta y ésta y hasta ésta. Pero bueno, son todo palabras que están en el diccionario de la Real Academia Española.

Vale, no es un espectáculo fino y se basa mucho en un humor simple, pero no es nada fácil encontrar un día un espectáculo en el que te pases dos horas riendo. Encima con dos chicos majísimos, monísimos, simpatiquísimos, cercanos, amables, artistazos y súperprofesionales. Los señores que tenía al lado no creo que pensaran lo mismo que yo, se pasaron las casi dos horas con malas caras y no veían la hora de largarse. Pero bueno, yo creo que si te informas un poco antes, ya sabes a lo que vas. Muy claro lo dicen desde el principio que no es un espectáculo para todos los públicos.

Por eso me sorprende que hayan suspendido sus funciones en Madrid. A ver, si no te gusta un espectáculo, no vayas a verlo y punto. A mí no me gustan las películas porno, pero entiendo que tienen su público. Y me parece pornográfico lo que ganan los futbolistas y los millones que se mueve ese negocio. Y me parece vergonzoso muchas de las cosas que pasan en este país. Pero que dos artistas se suban a un escenario a cantar verdades, vale, soltando alguna barbaridad simpática… pues no sé, me parece tan exagerado como incomprensible. Y de cobardes.

Sólo espero que David y Pablo no se harten de vivir del arte y sigan haciendo grandes cosas. Es difícil, lo sé. Lo dice una que vive de la ciencia.

La foto es del domingo. Después también nos hicimos fotos con ellos. Qué majos son. Los dos son maravillosos, pero siento especial debilidad por David, lo admito…

Por cierto, la canción siete del CD (“Lo que hay que hacer…”) ¡es una jota mallorquina! O al menos se puede bailar como tal.

lunes, 3 de agosto de 2015

"The Hole"

En uno de nuestros viajes anuales de final de Enero a Barcelona, algunos amigos fueron a ver “The Hole”. No sé muy bien por qué no fui yo, no sé si no me apetecía o, simplemente, ni siquiera fui a ese viaje. La cuestión es que fueron y, cuando les pregunté qué tal, todos coincidían en que muy bien. Pero cuando les pedí más información, cuando les pregunté qué era exactamente lo que habían ido a ver, ninguno pudo, supo o quiso explicarlo. O si lo intentaron, no lo consiguieron.

Cuando anunciaron que “The Hole” venía a la isla, esos que fueron ya a verla, decidieron repetir. Así que pensé que, fuera lo que fuera “The Hole”, merecía la pena ir a verla. Y sí, merece la pena y sí, ahora entiendo por qué les costó tanto describir lo que habían visto. Es difícil, pero lo voy a intentar.

“The Hole” es puro talento sobre el escenario. Eso es lo primero que pensé, a los pocos minutos de que empezara. Es puro talento enmascarado en un espectáculo erótico-festivo; alguien me dijo que había oído que era pornográfica, nada más lejos de la realidad. Curiosamente ese punto erótico, sexy, sensual o como queramos llamarlo no es un fin en sí mismo, sino sólo un medio de expresión de mucho más, de talento que explota en forma de música, acrobacias, interpretación y baile. Y risas, muchas risas. Todo eso es “The Hole”. Con un par de frases lapidarias (“Lo que pasa en el agujero se queda en el agujero”, “Hay que estar en el agujero para salir del agujero”), un@ maestr@ de ceremonias variable (maravillosa, la Terremoto de Alcorcón y muy querida por estos lares) y una atmósfera de cabaret, nos adentramos en un espectáculo teatral o más bien circense que divierte, impresiona e impacta hasta durante el descanso. Sin olvidar ese punto de reflexión, ese carpe diem, el vive el momento, el ahora estamos aquí, vamos a disfrutarlo y después ya se verá que, aunque deberíamos tener siempre presente, a veces nos tienen que recordar.

No una, ni dos, sino hasta tres veces han prorrogado en mi isla. Por algo será. Así que aún tenéis tiempo de entrar en el agujero. Hasta el 16 de Agosto. A mí no me importaría repetir.

miércoles, 8 de abril de 2015

Teatro

Contaba el otro día que tenía pendiente reseñar varias obras de teatro que he ido a ver en los últimos meses. Cuatro, para ser exactos. No sabía muy bien cómo enfrentarme a ellas, por miedo a que me quedara un post muy largo, y me llegué a plantear dedicarles un día a cada una, en plan “lunes de teatro”. Mira tú por dónde, así hubiera tenido un post por semana sobre teatro durante un mes. Pero al final, me he rajado y he vuelto a la idea inicial de agruparlas en un único post. Llevo demasiados días sin publicar y, en un par de semanas, voy a pasar casi tres (semanas) sin apenas conexión, así que o publico todo hoy o se queda en el limbo de los borradores.

“80’s. Ombres de dona” de EmbruixArt es una de esas obras de las que no conviene contar demasiadas cosas, porque hay muchas sorpresas dentro. Pero lo que sí que puedo decir es que es un homenaje a las películas de Almodóvar, a sus canciones y a sus mujeres. Música, baile, la atmósfera brillante del cine almodovariano y varias historias de mujeres. Ya hace unos meses que la vi, pero este fin de semana la vuelven a representar, así que la recomiendo y no sólo porque salga un amigo mío, que también.

En el fin de semana largo vacacional de finales de enero, aprovechamos la visita a Barcelona para ir a ver un musical, “Sister Act”. Algunos de los componentes del grupo de frikis amigos que fuimos tienen por costumbre ir al teatro cada año en este viaje, pero para mí fue la primera ocasión. Y valió la pena. La historia es bastante conocida: cabaretera de poca monta, testigo de un asesinato, tiene que refugiarse en un convento de monjas. Las canciones son diferentes a las de la película, pero todo el montaje destila alegría, buen rollo y positivismo por los cuatro costados. Me lo pasé pipa.

Fui a ver la última función de “Hello musik” casi de casualidad. Y no sé muy bien cómo definirla: tenía algo de concierto de un coro (el Mallorca Gay’s Chorus, que ya había visto antes), pero también tiene teatro, es casi, casi un musical, pero no llega a serlo. O sí. Bueno, es todo eso y un algo más. Es también un homenaje a “Sonrisas y lágrimas”, a su historia y sus canciones, pero también a otros muchos musicales. Lo pasamos muy, muy bien. Reímos y lloramos de risa, cantamos y bailamos. No sé cómo, pero acabé bailando en el escenario, como ya pasó la última vez que fui a ver un concierto de música coral, hace un año, allá por el Hemisferio Sur. Y yo tan feliz.

No había visto nunca representada “El método Grönholm”, ni tampoco la película basada en el texto, aunque sabía de qué iba. Me sorprendió mucho, muchísimo y para bien. Quiero decir, me la esperaba buena, pero el texto es fabuloso, me pasé media obra pensando “Ojalá yo fuera capaz de escribir algo así”. Y la versión que yo vi fue maravillosa, con unos actores entregados y con un toque divertido que, por lo que me han contado, no está en todas las adaptaciones. Sublime, de verdad.

Pues no ha sido para tanto. Pero ya lo dicen, lo bueno si breve, dos veces bueno.

lunes, 23 de marzo de 2015

"The Old Vic’s The Crucible" de Arthur Miller

Tengo pendiente escribir sobre varias obras de teatro que he visto en los últimos meses (¡hasta cuatro!) pero tengo hoy muy fresca la experiencia de ayer y me siento obligada a posponer las otras reseñas para escribir sobre “The Crucible”. Es una obra escrita por Arthur Miller, conocida aquí como “Las brujas de Salem” o “El crisol” y basada en los juicios reales que tuvieron lugar en Massachussetts en 1692, en los que se juzgó (y muchos casos se condenó) a bastantes habitantes de este estado acusados de brujería. Conocía la historia y la obra, pero no había visto ninguna de sus adaptaciones. Así que cuando me enteré (gracias a Bichejo) de que en Cineciutat la proyectaban la obra representada en The Old Vic Theatre, en inglés y con subtítulos en el mismo idioma, me pareció una oportunidad única para verla.

Y fue fantástico. Tres horas y media de espectáculo duro, desgarrador y doloroso, con unos actores con una energía casi desmesurada, una ambientación sobria, dura y casi tétrica y una historia tan maravillosa como terrible. Fue un auténtico espectáculo, a ratos con la piel de gallina y que creo que hasta me provocó pesadillas por la noche. La historia es dura y cruel y las interpretaciones son también duras, enérgicas y apasionadas.

Lo de ver teatro en cine me ha encantando. Y la experiencia de hacerlo en versión original la hace doblemente interesante. Me gustó mucho la experiencia y valió la pena desperezarme de una siesta que me había dejado atontada para ir. Y volver a casa casi a media noche (¡en domingo!). Espero tener oportunidad de ver otras obras de teatro así, en cine y con esa calidad.

Ah, y qué interesante Richard Armitage. Muy interesante.

jueves, 10 de enero de 2013

“El crim de Lord Arthur Savile” de EGOS Teatre


Hacía tiempo que no iba al teatro. Hacía tanto que la etiqueta “teatro” aún no había parecido en este blog. No pasa nada, hoy queda inaugurada.

Descubrí a la compañía EGOS Teatre hace algo menos de dos años, gracias a un amigo que nos recomendó ir a ver con él “La casa sotala sorra”. La vimos el día de Sant Jordi de 2011, entre la compra de libros habitual en ese día y una noche divertidísima con amigas en nuestro bar favorito. Me encantó. Me lo pasé estupendamente y salí de la obra con tal subidón que me prometí a mí misma ir a ver cualquier obra de esta compañía siempre que me fuera posible.

Así, cuando el mismo amigo me avisó que volvían a la ciudad, me apunté. Podría escribir y repetir cada una de las palabras que en su día escribí sobre la obra. Y como están escritas en un blog que ya está cerrado e inaccesible para la mayoría, las repetiré. Más o menos.

“El crim de Lord Arthur Saville” es una adaptación de una historia de Oscar Wilde. Lo primero que tengo que decir es que no me extrañaría que la hubiera leído, porque me sonaban muchas cosas. Y creo que es perfectamente factible, porque en mi primera etapa universitaria me enganché a los autores anglosajones (sí, la gente de ciencias también lee), Oscar Wilde incluido. Lo segundo que tengo que decir es que me lo pasé genial. Otra vez. Reí mucho y disfruté mucho. Igual que con la obra anterior. Pero no sólo eso. Creo que el trabajo que hace esta compañía es espectacular. Lleno de calidad en todos los aspectos: los personajes, los números musicales, la escenografía, el vestuario, la historia. Una historia misteriosa, trepidante y sobre todo divertida. Todo un volcán de energía, sincronización y grandes actuaciones y voces sobre el escenario. La hubiera vuelto a ver, ¡la quiero volver a ver! Ojalá vinieran más por aquí. Ojalá tuviera oportunidad de ver sus otras obras que no he visto. En cualquier caso, sé que no es la última obra que veré de los chicos de EGOS, ¡lo sé! Es maravilloso ver el trabajo de gente que disfruta tanto, tanto, con lo que hace y que es capaz de contagiar ese entusiasmo y esa alegría al público, con una profesionalidad absoluta. En este país las cosas irían mejor si más gente viviera su trabajo de esta manera: con amor, energía, cariño y respeto infinito.

La recomiendo. Y mucho. Y cualquier cosa de EGOS Teatre. Lo que sea. No os defraudará.

Y para rematar la noche teatral, acabamos cenando algo cerca del teatro, donde acabaron también recalando los chicos de EGOS. ¡Gracias por la foto! Y ahí estaba yo, rodeada de gente del teatro, los EmbruixArt y los EGOS, ¡qué gran día!

Y para re-rematar la noche, de copas con otros amigos. Aaah, qué maravilloso fue eso de estar de vacaciones. ¡Y qué lejanas parecen!

Y aquí van los tráilers, versión catalana (la que yo vi) y castellana. ¡Para todos los gustos!