Tengo pendiente escribir sobre varias obras de teatro que he visto en los últimos meses (¡hasta cuatro!) pero tengo hoy muy fresca la experiencia de ayer y me siento obligada a posponer las otras reseñas para escribir sobre “The Crucible”. Es una obra escrita por Arthur Miller, conocida aquí como “Las brujas de Salem” o “El crisol” y basada en los juicios reales que tuvieron lugar en Massachussetts en 1692, en los que se juzgó (y muchos casos se condenó) a bastantes habitantes de este estado acusados de brujería. Conocía la historia y la obra, pero no había visto ninguna de sus adaptaciones. Así que cuando me enteré (gracias a Bichejo) de que en Cineciutat la proyectaban la obra representada en The Old Vic Theatre, en inglés y con subtítulos en el mismo idioma, me pareció una oportunidad única para verla.
Y fue fantástico. Tres horas y media de espectáculo duro, desgarrador y doloroso, con unos actores con una energía casi desmesurada, una ambientación sobria, dura y casi tétrica y una historia tan maravillosa como terrible. Fue un auténtico espectáculo, a ratos con la piel de gallina y que creo que hasta me provocó pesadillas por la noche. La historia es dura y cruel y las interpretaciones son también duras, enérgicas y apasionadas.
Lo de ver teatro en cine me ha encantando. Y la experiencia de hacerlo en versión original la hace doblemente interesante. Me gustó mucho la experiencia y valió la pena desperezarme de una siesta que me había dejado atontada para ir. Y volver a casa casi a media noche (¡en domingo!). Espero tener oportunidad de ver otras obras de teatro así, en cine y con esa calidad.
Ah, y qué interesante Richard Armitage. Muy interesante.
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