A ver cómo lo hago para que esta entrada no me quede demasiado larga…
Ayer fui al teatro, a ver “73 raons per deixar-te” (“73 razones para dejarte”) y tengo muchas cosas que contar. Tantas, que las voy a agrupar en tres párrafos con tres subtítulos, para organizar un poco esto (y por si alguien quiere saltarse alguna parte): la anécdota, la obra y la fan.
La anécdota. La obra se representaba en el marco de la vigésima edición de la Feria de Teatro de Manacor. Una feria con un cartel para caerte de espaldas, con más de cuarenta obras (incluyendo teatro y conciertos) en algo más de dos meses. A mí me gusta mucho el teatro, pero como otras muchas cosas en esta vida (los libros, tejer, el cine, el swing, la música tradicional, incluso trabajar y hasta el no hacer nada) y me agobié un poco cuando mi hermana la gafapasta me envió por whatsapp el listado de 15 obras de las que ya tenía entrada. Yo me agobio fácilmente, sí. Resumiendo, que en su momento ni me dediqué a ver qué obras venían ni me decidí a ir a ninguna así que, finalmente, cuando compré mi entrada para esta obra, fue muy tarde y tuve que conformarme con comprar un asiento en la última fila. La fila 25. La cuestión es que éramos un grupo de cuatro personas dispersas por el teatro: uno en primera fila, dos en la fila 10 y yo en la 25. Vi la primera parte con la perspectiva estupenda que te da sentarte lejos pero añorando estar algo más cerca, sí. Pero en el descanso… ¡sorpresa! Mis compañeros de velada habían descubierto asientos libres en algunos lugares del patio de butacas: dos en la fila 9 y uno ¡en primera fila! Así que me mudé a la primera fila. Y así pude disfrutar primero de una perspectiva amplia y después de los detalles de un asiento tan cercano. Oye, qué cerca es eso de la primera fila, le estoy cogiendo gustillo. Fue espectacular poder estar ahí. Y hasta aquí, la anécdota.
La obra. La historia, dirigida por Elisenda Roca (¡la de “Cifras y Letras!), empieza con la ruptura de una pareja joven, con los 73 motivos del título que tienen para acabar con una relación de tres años. Cómo se conocieron, cómo han vivido esos tres años de relación y cómo viven su ruptura es el hilo conductor de una historia con cuatro personajes (la pareja, el padre de ella y la madre de él), un pianista y un violinista. Porque la obra es teatro musical. Y es una maravilla. Me lo pasé estupendamente, tanto en última fila como en primera. Los personajes me encantaron y todos los actores (Abel Folk, Mercè Martinez, Mone Teruel y Marc Pujol) lo hacen estupendamente, todo (actuar, cantar y bailar). Es una comedia que te hace reír, pero también es una historia que sabe volverte seria y hasta hacerte llorar, que te hace reflexionar sobre el amor y las relaciones, sobre qué es lo que nos enamora de alguien, lo que hace que una relación se mantenga o acabe y sobre la importancia del amor en nuestras vidas. La obra se está representando en el Teatre Goya de Barcelona así que, si andáis por ahí, tenéis que ir a verla. Yo repetiría. Y hasta aquí, la obra.
La fan. Soy fan de Abel Folk. Cuando me enteré que mi hermana la gafapasta iba a ver una obra de Abel Folk sin habérmelo dicho, casi la mato. Peor aún: ¡ya había ido a ver otra obra suya hacía sólo unas semanas! Aún no salgo de mi asombro y sólo puedo explicarlo porque ella no sabía que me encanta Abel Folk. Soy fan suya desde la adolescencia, en aquella época tan cinéfila mía en la que leía dos revistas sobre cine al mes y estaba al tanto de todo lo que pasaba en el mundillo cinematográfico. Por aquel entonces, descubrí a Abel Folk en la película “Havanera 1820”, peli que nunca vi, lo admito, pero me pareció un tipo hiperinteresante (de casi 20 años más que yo pero, oye, qué más da para ser fan) y con una voz que quitaba el hipo. Luego lo fui viendo en alguna película y en alguna serie. Recuerdo sobre todo su aparición en “Raquel busca su sitio” en la que ni me acuerdo qué papel hacía, pero sé que era secundario y yo me preguntaba por qué diablos no tenía un papel más importante. Total, que soy fan de Abel Folk desde hace mucho y lo de ir a verle al teatro fue ayer un regalo. Y lo de estar en primera fila aún más. Y lo de ir después a saludarlo y a hacernos una foto con él, ya fue de nota. Me sigue pareciendo un tío muy interesante 20 años después de haberlo descubierto (yo creo que incluso más), un gran actor y con un carisma que a mí me quita el hipo. Me fascinó porque en la obra me pareció un tipo normal pero luego, al verlo después, vi el tipo interesante y carismático que siempre creí que es. Pero claro, en la obra hacía de un tipo normal y después, pues después era él. Curiosamente, ahí salió mi vena fan tímida y casi únicamente me limité a saludar y posar para la foto, cuando normalmente no me corto un pelo yo ni delante del mismísimo Oliver Stone. Posamos en grupo con los cuatro actores y ahora me arrepiento de no haberle pedido una foto para mí sola y mostrarle mi admiración. Pero bueno, las fans somos así de tontas, oye. Por cierto, que vimos de lejos a Elisenda Roca y estuvimos durante un rato dando saltitos de emoción. Ay, cuántos programas de “Cifras y Letras” hemos disfrutado, qué maravilloso era. Qué noche tan genial, la de ayer. Y hasta aquí, la fan.
Así que, ya sabéis, id a ver “73 raons per deixar-te” si tenéis la oportunidad. No os arrepentiréis.
Y, hasta aquí, la entrada. Ay, no, esperad, que hay un vídeo.
Para que aprendas a mirar lo que te manda tu hermana... Sin estresarte. Que siempre hay algo interesante. Jejeje.
ResponderEliminar¿Cómo puede ser que no supiera/me acordara que eras tan súper fan de Abel Folk? No entenderlo.
Ah, y lo mejor fue cenando que lo metías así, como si nada, en la conversación. Lo que nos reímos con tu estado "súper-fan-catatónica".
A mí también me gustó mucho. :)
Igual no lo sabías. Aunque no te lo creas, aún hay cosas de mí que no sabes...
EliminarTuve un momento muy fan, sí. :)