La zona de confort es algo así como estar a gusto con todo en nuestra vida y no pensar en cambiar nada de ella. La zona de confort por lo visto es un lugar horrible y aburrido, en el que no pasa nada. O al menos eso es lo que parecen decir cientos y cientos de fotos bonitas con frases profundas que circulan por ahí. Tipo estas:
No sólo eso, por lo visto, la zona de confort es un lugar gris y tenebroso y si quieres ser feliz y llegar a la zona mágica tienes que salir de ahí. O al menos eso parece.
O sea, la magia está más allá de donde tú vives.
Y un pimiento.
A ver, no pongo en duda la validez psicológica del término pero tengo la sensación de que lo de la zona de confort se nos ha ido de las manos. Parece que si no viajas con mochila a alguna selva, si no dejas tu trabajo para montar un negocio de forrado de botones o si no te separas de tu pareja e intentas ligarte a George Clooney, eres un desgraciado.
Y, qué queréis que os diga, lo de salir de la zona de confort está sobrevalorado.
Que sí, que no hay que acomodarse, que hay que aprender y que sólo si arriesgas conseguirás más pero, ¿por qué queremos más? O mejor dicho, ¿queremos todos realmente más? La vida es un continuo cambio y hay que adaptarse a nuestra realidad diaria para que encima haya que dejarlo todo para luchar por tus sueños. ¿Luchar por tus sueños? Ahora parece que todos debemos tener sueños exóticos, novedosos, apasionantes, apabullantes y vidas llenas de aventuras sofisticadas, fantasías sólo realizables si abandonamos nuestra realidad y que, cuando por fin consigues cierta estabilidad (laboral, social, familiar, o de cualquier tipo) hay que dejarlo de lado y pedir más. Siempre más y más y más.
¿No sería mejor, simplemente, parar un momento y disfrutarlo? ¿Al menos un poquito?
No me malinterpretéis, yo soy la primera que soy feliz cogiendo un avión y llegando a una ciudad desconocida, me encanta aprender y creo que hay que luchar por los sueños pero también me gusta pararme y disfrutar de cosas tan simples y sencillas como ver una serie desde mi sofá y tejer un poco, pasar un día en la playa o tomarme una caña con los amigos. No sé, creo que hay un equilibrio entre disfrutar de lo que se tiene y luchar por cosas nuevas. Está claro que vivir amargado con tu día a día, simplemente acomodado por la cotidianeidad es sinónimo de infelicidad, pero estar en continuo cambio, estar siempre avanzando, no disfrutar ni un minuto de lo que has conseguido para ir a por lo siguiente también es frustrante.
Repito, seguramente el concepto psicológico detrás de toda la parafernalia que circula por ahí es bueno, pero ¿”la vida comienza al final de tu zona de confort”?
WTF!?
En la zona de confort se está bien. Y sí, supongo que hay un riesgo de estancarse, claro, pero creo que la vida ya te obliga a salir de la zona de confort continuamente, lo quieras o no y a veces, es necesario disfrutar de la zona de confort. Lo dicho, ni tanto ni tan calvo, equilibrio.
Además, cuando sales de tu zona de confort en el fondo lo que haces es ampliar tu zona de confort, así que hasta ese sueño que has conseguido se transforma en polvo gris. Y tienes que volver a salir de tu zona de confort, sin tiempo para disfrutar de tus recién adquiridos méritos (o sueños cumplidos) y empezar de cero Porque, por lo visto “la vida comienza al final de tu zona de confort”.
Uf, a mí me estresa un poco. Porque para mí, mi vida es parte de mi zona de confort. Y, sí, claro, más allá hay cosas que voy descubriendo (voluntaria e involuntariamente) de manera continua. Pero también me gusta disfrutar de lo que conozco.
O igual es que, a menudo, cuando he salido de mi zona de confort, cuando he arriesgado, cuando he luchado por lo que soñaba, me he dado unas hostias impresionantes y por eso prefiero refugiarme en mi zona de confort, por pura cobardía o por propia comodidad. Porque de vez en cuando, apetece refugiarse en lo conocido antes de volver a arriesgar.
Todo esto viene porque estos días (o semanas o meses) hay obras por mi barrio y cada día tengo que buscar una nueva ruta para llegar al aparcamiento. O sea, mi zona de confort en este caso sería mi ruta habitual (aunque en realidad tengo 2, 3 y hasta 4 rutas más o menos habituales) y ya he pasado por la zona de aprendizaje (conducir por calles vecinas por las que casi nunca pasaba, entrar por mi calle en dirección prohibida) y hasta por la zona de pánico (saltarme algún ceda el paso con el consiguiente riesgo). Estoy impaciente en llegar a la zona mágica de esta historia aunque ni se me pasa por la cabeza qué maravillas mágicas van a traer a mi vida el salir de mi zona de confort automovilística.
Y aquí un video sobre la zona de confort que en su día me gustó mucho. Hoy no me he atrevido a volver a verlo, porque igual después de verlo borro esta entrada. Así que me arriesgaré y la publico.
M'ha encantat Bea!!! Besos. Aina de Taula
ResponderEliminarGràcies!!! Disfruta de l'ampliació de la teva zona de confort! ;)
EliminarPersonalmente estoy a favor de la zona de comfort. Me gusta que me sorprenda la vida, claro, pero mejor que sólo me sorprenda a veces: me gusta mi rutina, me gusta lo que hago en el trabajo, me gusta mi entorno. No me aburren ni siento la necesidad de salir de esa zona confortable, como si fuese algo malo que tu vida sea más o menos como tú quieres que sea.
ResponderEliminarMuy buen post, como siempre.
Totalmente de acuerdo. La rutina tiene muy mala prensa y, a veces, es muy agradable poder disfrutarla.
Eliminar¡Gracias!
y en la camillita se está tan requete bien...si uno es feliz en una gris zona de conford...pues ya está, pero bueno supongo que siempre nos han hecho creer que el negro y el gris son colores tristes...pues a saber lo que piensan de nuestro color los negros jajaja, que cada uno esté donde le apetezca y ya está!
ResponderEliminarClaro que sí. Y que cada uno se busque la felicidad donde cree que la va a encontrar.
EliminarMuy buen post, little.
ResponderEliminarTambién creo que lo de salir de la zona de confort está sobrevalorado. Yo creo que se debe salir cuando realmente se necesita: cuando no te gusta tu vida, cuando estás depre, cuando no sabes qué hacer con tu vida... Vamos, que si te gusta, ¿para qué vas a buscar más allá?
Me alegra ver que más gente piensa como yo. Pensaba que era la única que lo veía así.
EliminarMe ha encantado tanto tu post que te voy a volver a linkar. Coincido en todo lo que dices. ¡A freir espárragos la zona de confort y a vivir la vida como nos apetezca en cada momento!
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