miércoles, 31 de diciembre de 2014

El último

Hoy es el último día del año. Hoy sí, hoy es día de rememorar lo que han pasado en los últimos 365 días, lo bueno y lo malo. Ya hice mi resumen anual en el blog Catorce cosas y, como podréis ver en los comentarios de esa entrada, después de escribirlas aún pasaron más cosas buenas durante el año. Así que no hace falta revisar nada más, el 2014 ya está revisado. Al menos lo bueno. De lo malo… bah, de lo malo no hay ni que hablar.

Bueno, sí, tengo una cosa pendiente. En el día del libro de este año, por iniciativa de Bichejo, hice un listado de libros que quería leer antes de final de año. Me lancé a lo loco y puse diez. A finales de verano, creía firmemente que lo conseguiría, que los leería todos, pero la vida se complicó y al final no, al final me han quedado dos pendientes de leer: “En el último azul” de Carme Riera (Que empecé hará cosa de un mes, pero no me apetecía mucho, ni me apetece ahora, así que no sé cuándo lo leeré) y “The Chessmen” de Peter May, el tercer libro de la trilogía de Lewis. En mi defensa diré que he cambiado éste último por otro del mismo autor, “Runaway”, un libro que aún no se ha publicado pero del que tengo copia en primicia (como conté aquí) y que ya estoy leyendo. De modo que, no, no he cumplido mis previsiones. Pero casi. Aunque tampoco pasa nada, claro.

A lo que iba, hoy acaba el año. Y no sólo es día de recordar los últimos 365 días, también es día de empezar a planear los próximos 365 días. No soy nada dada a hacer propósitos para el nuevo año. Pero… PERO. Pero me he dado cuenta de que llevo demasiado tiempo dejándome arrastrar por la corriente, dejando que la vida me lleve un poco donde quiere, sin tener objetivos claros, sueños definidos, objetivos realistas. Así que sí, este año he decidido proponerme cosas para 2015. Tal vez no las cumpla todas, pero es bonito tener sueños, esperanzas y cosas que deseas. Y propósitos y retos. Ahí van, cosas que tengo que hacer o mejorar o alcanzar en 2015.

- Hacer más deporte. De verdad. Sé que es un típico de todas las listas del mundo mundial, pero lo necesito. Necesito perder algo de peso o al menos ganar algo de músculo. Seguir con mis clases de Pilates, nadar, tal vez saltar y siempre, siempre, bailar.

- Tener sueños. Sueños reales y cercanos, pero también sueños improbables e imposibles. Desear cosas que igual son difíciles de conseguir, aunque no sea a corto plazo, aunque sea a largo plazo. Como tener una casa con una puerta roja. O suelos de madera.

- Hacer algún viaje de placer. Que sí, que viajo mucho por trabajo y me encanta. Pero necesito algún viaje de placer. Y aunque ya tengo dos cortitos programados para 2015, necesito un viaje que escoja yo, que desee yo, que planee yo. Cuándo, cómo, dónde y con quién yo quiera. Incluso sin nadie.

- Plantearme retos laborales y volver a recuperar la ilusión por mi trabajo. Siempre digo que trabajo en lo que me gusta y que me encanta. Pero me siento estancada, me dejo llevar totalmente por la corriente y no tengo energías para nada. Y necesito recuperarlas. Posibilidades tengo, se han abierto las puertas de algunas colaboraciones interesantes, de ideas para cosas chulas, pero me falta encontrar una chispa, volver a sentir esa emoción de la inquietud, de la búsqueda de conocimiento, del querer saber más y moverme en esa dirección. Y, si no lo encuentro… pues solucionarlo.

- Tomar las riendas de mi vida. En el sentido de hacer de vez en cuando lo que yo quiero, no lo que debo hacer, o lo que esperan que haga, o lo que quieren que haga. Esto incluye hacer alguna tontería. De vez en cuando. Que soy demasiado formal.

- Dormir de manera razonable, sobre todo entre semana. Basta de irme a dormir un día a las diez y media de la noche y otro a la una y pico de la mañana. Basta de engancharme a series hasta altas horas de la mañana y maldecirme a mí misma a la mañana siguiente. Necesito un orden en mi vida y soy yo la única que lo puedo poner. Organizarme la semana, hacer cosas que me gustan después del trabajo, sí, claro, pero no a costa de perder horas de sueño.

- Dejar las patatillas. Dejar los ataques a patatillas a altas horas de la noche, generalmente asociados al punto anterior. De verdad, es muy importante que ponga un poco de orden en mi caos. Creo que mi salud me lo agradecerá.

- Abrirme al universo. Que es el eufemismo de encontrar pareja, ligue o como se llame ahora. Dejarme de tonterías, dejar de asustarme, dejar de tener miedo a que me hagan daño y lanzarme al universo. Que sale bien, estupendo. Que sale mal, pues que me quiten lo bailao. Abrirme al universo de verdad, de la manera que sea, sea como sea.

- Procrastinar menos. Soy la reina de la procrastinación. Y procrastino en todo, tanto en lo que me gusta como en lo que no. He llegado un momento en mi vida en que tengo tantas cosas que me gusta hacer en mi tiempo libre, que me estreso, no sé qué quiero hacer en cada momento y, al final, pierdo más el tiempo pensando que disfrutando de la vida. Necesito ser más efectiva, más productiva, tanto en horario laboral como en horario de ocio. Si tengo diez minutos libres, aprovecharlos en lo que me apetezca en ese momento y no lamentarme de lo que podría hacer si en vez de diez tuviera treinta. No debería ser tan difícil, pero para mí lo es.

Creo que como propósitos de Año Nuevo no están mal. Puede que sean muy generales, pero son lo que necesito. Hay que asumir objetivos, hay que proponerse metas, hay que intentar alcanzarlas. Y, si no lo hacemos, al menos no poder decir que no lo hemos intentado.

Feliz salida y entrada de año. Yo esta vez me quedo en casas, con mis amigos los analgésicos, los antiinflamatorios y los antibióticos. Tampoco es tan malo, no os creáis.

La foto la hice en el mar esta primavera. Me ha parecido adecuada para hoy, aunque no sé muy bien por qué.

3 comentarios:

  1. Feliz 2015 bonita! que tengas un año a la altura de tus deseos.
    Besos.

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  2. Creo que te he robado el puesto de Reina de la Procrastinación. Así que paso de planes y propósitos. Además, luego se me olvidan. Así que no serían tan importantes, ¿no?

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