miércoles, 19 de febrero de 2014

Kotor

Aunque ya hace más de una semana que volví de Montenegro, aún tenía pendiente escribir sobre la ciudad que visité el último día, Kotor.

De Kotor dicen que es el único fiordo del Mediterráneo, aunque en realidad es el cañón sumergido de un antiguo río (los fiordos se forman por la erosión de glaciares). En cualquier caso, la ciudad de Kotor está rodeada de impresionantes acantilados, al fondo de una espectacular bahía. Aunque sufrió el terremoto que también afectó Stari Bar, al ser declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, todo su casco antiguo está restaurado. El casco antiguo, amurallado, es pequeño y muy agradable de recorrer. Pero lo verdaderamente espectacular de Kotor es el paisaje que lo rodea, sobre todo subiendo a la fortaleza que se encuentra por encima de la ciudad.

La subida a la fortaleza bien vale el esfuerzo, las vistas son impresionantes y es uno de esos lugares en los que aún puedes pasearte por sus ruinas, perderte por sus rincones y tocar sus piedras sin que nadie te riña. Es un lugar vivo, muy vivo. Según iba subiendo, iba pensando “vale, no hace falta que suba más”. Pero no pude evitar acabar en lo más alto de la fortaleza, alucinando con un paisaje que ya hacía rato me había dejado con la boca abierta.

Ya bajando, descubrí, a los pies de la fortaleza, saltando por un agujero de la muralla, una pequeña iglesia en mitad de un valle. El silencio, la paz, la tranquilidad que allí se respiraba es difícil de describir. Y de nuevo en mi camino de bajada, estuve casi un cuarto de hora parada a mitad de camino, simplemente mirando, contemplando, disfrutando de ese increíble paisaje que tenía delante. Y, entonces, salió el sol.

Kotor bien vale una visita. O dos.











8 comentarios:

  1. ¡Qué pasada!, un lugar realmente precioso.

    Cómo te entiendo cuando comentas el “momento sol”.
    Me encanta vivir momentos como esos. Por un instante y sin pensarlo, parece que todo cuadra y que las cosas tengan sentido.
    Es cierto que dura poco, pero esos instantes siempre nos dejan pequeñas huellas.

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    1. Sí, es un sitio increíble y casi ni estaba en mi lista de sitios para ver en Montenegro.
      Al final, lo que recordamos siempre son esos instantes especiales, por cortos que sean.

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  2. Normalmente no voy comentando en todas tus entradas de viaje, porque básicamente diría en todas lo mismo "Ooooohhhhh!! cómo mola, me encanta, quiero ir" o algo del estilo :D

    Pero en esta no me resisto, esas fotos son espectaculares :D

    PD: Y sí, ¡¡Ooooohhhhh!! cómo mola, me encanta, quiero ir!!

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    1. Sí, es un sitio que mola mucho, ¡pero mucho! En lugares así, es fácil que salgan fotos bonitas. :)

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  3. ¡Qué gonito! ¡Qué gonito! Es preciosisímo... Y bien empinado jajajaa... Más que Montision! :)

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