Cuatro macetas. Vacías. Limpias.
Unos planteles de lechugas. Unas semillas de zanahoria.
Menudo reto.
sábado, 20 de octubre de 2012
jueves, 18 de octubre de 2012
Felix
Felix.
Ese señor que el otro día que se lanzó de la estratosfera a la Tierra.
Qué barbaridad.
Lo vi. Sí, lo vi. Lo acabé viendo. Y sólo pensaba “Éste se mata, éste se mata, éste se mata”.
Y no sé mató.
Menos mal.
Se ha dicho bastante sobre Felix. Pero lo mejor que he visto ha sido este video.
Genial.
Ese señor que el otro día que se lanzó de la estratosfera a la Tierra.
Qué barbaridad.
Lo vi. Sí, lo vi. Lo acabé viendo. Y sólo pensaba “Éste se mata, éste se mata, éste se mata”.
Y no sé mató.
Menos mal.
Se ha dicho bastante sobre Felix. Pero lo mejor que he visto ha sido este video.
Genial.
domingo, 14 de octubre de 2012
En un domingo otoñal cualquiera
Hoy tenía que llover. Las previsiones eran lluvia, lluvia y lluvia. Pero no. En cualquier caso, he aprovechado la tranquilidad de un domingo otoñal cualquiera para organizar el jardín, perdón, el balcón.
He recolectado los últimos pimientos. Y he tirado las 6 plantas que, como buenamente han podido, han crecido en cuatro macetas.
He limpiado el fresal, eliminando hojas muertas y aniquilando todas las cochinillas que he encontrado. Llevo fatal esto de descubrir bichos en mis plantas. Pero fatal. También he revisado los planteles, listos para repartir y he preparado algunas macetas más con nuevos planteles. Es precioso este fresal mío.
He plantado en macetas redondas algunos de los pequeños cactus que cayeron (y/o arranqué) del cactus enorme (y a menudo florido). No sé si sobrevivirán, pero tenía que intentarlo.
He empezado a imaginarme qué voy a plantar este mes de octubre. ¿Quién ha dicho que no hay vida en un huerto urbano en otoño? La hay. Y tengo cuatro macetas enormes vacías. Sueño con zanahorias y lechugas…
He recolectado los últimos pimientos. Y he tirado las 6 plantas que, como buenamente han podido, han crecido en cuatro macetas.
He limpiado el fresal, eliminando hojas muertas y aniquilando todas las cochinillas que he encontrado. Llevo fatal esto de descubrir bichos en mis plantas. Pero fatal. También he revisado los planteles, listos para repartir y he preparado algunas macetas más con nuevos planteles. Es precioso este fresal mío.
He plantado en macetas redondas algunos de los pequeños cactus que cayeron (y/o arranqué) del cactus enorme (y a menudo florido). No sé si sobrevivirán, pero tenía que intentarlo.
He empezado a imaginarme qué voy a plantar este mes de octubre. ¿Quién ha dicho que no hay vida en un huerto urbano en otoño? La hay. Y tengo cuatro macetas enormes vacías. Sueño con zanahorias y lechugas…
viernes, 12 de octubre de 2012
Lluvia
jueves, 11 de octubre de 2012
"La isla de los cazadores de pájaros" de Peter May
“La isla de los cazadores de pájaros” es una de las novelas más interesantes que he leído en mucho tiempo. Aúna intriga, tradición y dramas familiares y personales. Es una novela negra, que se inicia con un asesinato en la remota isla escocesa de Lewis, a la que se traslada el detective Fin Macleod. Pero para él no es únicamente un caso de asesinato: acaba de perder a su hijo, su matrimonio se desmorona y el asesinado era un compañero de colegio en su infancia. Así, viajar a Lewis es para él volver a la isla que le vio crecer, toparse de nuevo con su pasado, reencontrarse con viejos amigos, antiguos amores y algunos enemigos, con una comunidad cerrada y tradicional, en un escenario de naturaleza dura y cortante.
Bien pensado, no tengo muy claro que sea una novela negra. Sí, la trama principal es un asesinato, pero esta trama se bifurca rápidamente en varias historias más, en historias del pasado y del presente, en esos dramas familiares y personales que contaba, en el papel que las tradiciones ancestrales juegan en el mundo moderno y en cómo las decisiones que se toman van modelando nuestras vidas.
Me ha gustado todo de esta novela. Los personajes, totalmente creíbles. La descripción de la naturaleza, cruel y atractiva. La historia contada a dos voces y en dos épocas, en capítulos alternos: la época actual, en tercera persona, desde el punto de vista del detective; el pasado, en primera persona por el detective, siendo niño. La manera casi sutil que la historia se tambalea entre el misterio y el drama. También me ha gustado descubrir una tradición totalmente desconocida para mí: el viaje anual que un grupo de hombres de la localidad de Ness realiza a un islote deshabitado, Sula Sgeir, para cazar crías de alcatraz o gugas. Me ha gustado mucho la manera en que esta tradición es tratada: sin obviar las polémicas ecologistas que la rodean, el autor describe no sólo la caza sino la dureza del viaje y de las condiciones de manera absolutamente franca y fascinante. Y no sólo eso: hace que la caza de gugas sea un escenario más de su novela, con una naturalidad aplastante. Después de leer esta novela, estuve buscando información sobre este tema y descubrí la existencia de un documental de la BBC sobre la caza de gugas. No he conseguido verlo, pero hay mucha información interesante aquí.
Por lo visto, éste es el primero de los libros de una trilogía sobre la isla de Lewis. Tengo que conseguir los otros dos. Éste es el blog de Peter May. Y ésta una entrada preciosa sobre la niña real que inspiró el personaje de Marsaili, el amor infantil del protagonista.
Bien pensado, no tengo muy claro que sea una novela negra. Sí, la trama principal es un asesinato, pero esta trama se bifurca rápidamente en varias historias más, en historias del pasado y del presente, en esos dramas familiares y personales que contaba, en el papel que las tradiciones ancestrales juegan en el mundo moderno y en cómo las decisiones que se toman van modelando nuestras vidas.
Me ha gustado todo de esta novela. Los personajes, totalmente creíbles. La descripción de la naturaleza, cruel y atractiva. La historia contada a dos voces y en dos épocas, en capítulos alternos: la época actual, en tercera persona, desde el punto de vista del detective; el pasado, en primera persona por el detective, siendo niño. La manera casi sutil que la historia se tambalea entre el misterio y el drama. También me ha gustado descubrir una tradición totalmente desconocida para mí: el viaje anual que un grupo de hombres de la localidad de Ness realiza a un islote deshabitado, Sula Sgeir, para cazar crías de alcatraz o gugas. Me ha gustado mucho la manera en que esta tradición es tratada: sin obviar las polémicas ecologistas que la rodean, el autor describe no sólo la caza sino la dureza del viaje y de las condiciones de manera absolutamente franca y fascinante. Y no sólo eso: hace que la caza de gugas sea un escenario más de su novela, con una naturalidad aplastante. Después de leer esta novela, estuve buscando información sobre este tema y descubrí la existencia de un documental de la BBC sobre la caza de gugas. No he conseguido verlo, pero hay mucha información interesante aquí.
Por lo visto, éste es el primero de los libros de una trilogía sobre la isla de Lewis. Tengo que conseguir los otros dos. Éste es el blog de Peter May. Y ésta una entrada preciosa sobre la niña real que inspiró el personaje de Marsaili, el amor infantil del protagonista.
lunes, 8 de octubre de 2012
Bruselas
Ya comenté el otro día por aquí que estuve en Bruselas unos días por motivos laborales. La visita me sirvió no sólo para reconciliarme con la ciudad, sino también para reencontrarme con viejos amigos (me sigue sorprendiendo la cantidad de gente que conozco que vive en Bruselas) e incluso hacer un ratito de turista. Un paseo la ciudad, visitando de nuevo Le Grand Place y el Mannenken Pis, algunas compras y unas cuantas fotos.
sábado, 6 de octubre de 2012
Plantas
Estos días, en mi huerto urbano…
Las pequeñas plantas de fresas invaden el balcón, me he quedado ya sin macetas para plantarlas. Algunos estolones han alcanzado otras macetas y alguna que otra plantita comparte maceta con los pimientos. Ha llegado el momento de cortar los estolones y repartir los planteles entre los amigos.
De manera accidental, mientras barría la terraza, el otro día uno de los pequeños cactus cayó de la planta madre. Menuda sorpresa. Con algo de ayuda, cayeron muchos más. Aún tengo que trasplantarlos todos. Confío en que sobrevivan, los cactus son plantas fuertes.
La mayoría de pimientos están ya rojos, así que por fin ha llegado la primera recolección. Doce, ¡doce!, de dos plantas diferentes.
Cuatro mini-rosas adornan el mini-rosal.
Las primeras señales del otoño ya han llegado a mi bosque de Ginkgos. Oh, ¡mis lindos arbolitos! En cualquier momento empezarán a perder sus hojas.
El aloe tiene un pequeñín que debería trasplantar un día de estos.
Y flores, oh las flores, ¡qué bonito regalo! ¡Gracias!
Las pequeñas plantas de fresas invaden el balcón, me he quedado ya sin macetas para plantarlas. Algunos estolones han alcanzado otras macetas y alguna que otra plantita comparte maceta con los pimientos. Ha llegado el momento de cortar los estolones y repartir los planteles entre los amigos.
De manera accidental, mientras barría la terraza, el otro día uno de los pequeños cactus cayó de la planta madre. Menuda sorpresa. Con algo de ayuda, cayeron muchos más. Aún tengo que trasplantarlos todos. Confío en que sobrevivan, los cactus son plantas fuertes.
La mayoría de pimientos están ya rojos, así que por fin ha llegado la primera recolección. Doce, ¡doce!, de dos plantas diferentes.
Cuatro mini-rosas adornan el mini-rosal.
Las primeras señales del otoño ya han llegado a mi bosque de Ginkgos. Oh, ¡mis lindos arbolitos! En cualquier momento empezarán a perder sus hojas.
El aloe tiene un pequeñín que debería trasplantar un día de estos.
Y flores, oh las flores, ¡qué bonito regalo! ¡Gracias!
Suscribirse a:
Entradas (Atom)