El tiempo pasa rápido y lento a la vez. No me aburro, siempre tengo algo que hacer, pero hay días pesados y densos y luego hay otros que se me escapan entre los dedos. Con las semanas me pasa lo mismo, a veces incluso simultáneamente. Creo que hace ya mucho que salí a dar mi primer paseo, pero solo hace una semana. No he dado muchos más; otro, creo, pero ha sido una semana cargada de cosas. He estrenado mis sábanas de ginkgos. Y un jabón de Alepo que compré en Marsella hace ya mucho tiempo. Estoy intentando hacer masa madre. He pintado mandalas. Mis pequeñas orquídeas están floreciendo. He conducido por primera vez después de muchas, muchas semanas, aunque para ello ha tocado cambiar una batería. Me he cortado el flequillo. Sigo aprendiendo a tejer amigurimis. Y por fin he conseguido comprar tierra para trasplantar mis tomateras, ahora, justo ahora, cuando la mitad de las plantitas no han sobrevivido a dos días al sol sin agua. Eso, lo de olvidarme de regar me recuerda que también ha sido una semana muy intensa, de mucho trabajo. En cualquier caso, esto es solo lo que recuerdo. Seguro que hay un montón de otras cosas que he vivido, que he hecho, que he disfrutado, pero que igual ahora no recuerdo o que recuerdo más lejanas.
Ésta ha sido la semana de la fase 0. Hemos empezado a hacer otras cosas, más cosas. Poco a poco. Seguimos sin saber a dónde vamos, qué pasará o qué significará esto en nuestras vidas. Me sigue fascinando y aterrorizando lo que estamos viviendo a partes iguales. Me sigue alucinando lo que hemos conseguido pero también todo lo que podemos aún perder. Porque esto no ha acabado, ni mucho menos. Y eso es lo que me hace encoger el corazón, que aún estamos empezando y ya hay quien se piensa que estamos de celebraciones.
En la foto, mis pequeñas orquídeas floreciendo con mis ginkgos al fondo.
A mi me ocurre igual con el tiempo, que se me pasa lento y rápido a la vez. Y que me da terror saber todo lo que nos queda por delante, lo muchísimo que podría salir fatal y que a la gente se la chufle tanto. Es que flipo con la capacidad de la gente para ignorar los problemas, deben de vivir superfelices, no sé
ResponderEliminarSí, a mi me preocupa esa sensación de que no ha pasado nada y podemos hacer vida normal. Que no es así, que hay mucha gente que va con cuidado pero no sé, me sigue flipando todo esto.
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