Dale una oportunidad al amor, o como quieras llamarlo.
Dale una oportunidad a las mariposas en el estómago, a las miradas sonrientes, a las bromas escurridizas.
Dale una oportunidad a la complicidad evidente, a la conexión que va a más, a las sonrisas cómplices.
Olvida mariposas heridas, miradas nocivas y bromas insultantes.
Olvida complicidades hirientes, conexiones rotas y sonrisas dañinas
Dale una oportunidad al desfile de violines, a las caricias sinceras, a la llamada de la piel.
Olvida el sonido de las armas, las falsas caricias, el miedo a sufrir.
Dale una oportunidad a caballos desbocados, a alegrías inmensas, a despertares compartidos.
Olvida la calma aburrida, la tristeza vacía, las mañanas en soledad.
Dale una oportunidad al amor, o como quieras llamarlo. Dale una oportunidad, dátela.
O tal vez no.
Tal vez es mejor ignorar esas miradas, evitar esas sonrisas, destrozar esos hilos invisibles que se están formando casi sin querer.
Tal vez es mejor encerrarte en tu mundo, bloquear tu espacio, amurallar un corazón que no para de menguar.
Tal vez es mejor la seguridad de la soledad, la tranquilidad de lo conocido, la ignorancia de la verdad.
Tal vez es mejor matar mariposas, destrozar violines y asesinar alegrías
Tal vez es mejor borrar sonrisas, calmar la magia y desviar la mirada.
Dale una oportunidad al amor, o como quieras llamarlo. Dale una oportunidad, cree en esa remota posibilidad, déjate llevar y soñar. Una vez más.
O tal vez no.
El amor siempre merece una segunda oportunidad. Debería tener barra libre entre nuestras emociones.
ResponderEliminarSaludos.
Totalmente de acuerdo. Pero a veces, es normal que nos asalten las dudas.
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