A lo largo de mi vida, he celebrado San Juan de formas tan variadas que, en general, ni siquiera lo he celebrado. A veces me ha pillado en el mar, a veces recién vuelta a tierra, a veces por el mundo. Lo que sí que une todos los sanjuanes de mis últimos años es el hecho de que ningún año soy capaz de recordar lo que hice el año anterior. Es una incapacidad extraña que tengo: recordar fácilmente cómo celebré San Juan el año anterior.
Este año, acababa de llegar del mar. De hecho, el mismo día por la mañana había ido de nuevo hasta el barco. Y sentía una necesidad imperiosa de pasarla con mis amigos. A pesar del cansancio, a pesar de no poder cogerme unos días libres para adaptarme a la vida en tierra, a pesar de las ganas de quedarme en casa sin hacer nada, quería irme con mis amigos, reencontrarme con mi realidad de tierra, para intentar que el proceso de pasar del mar a la normalidad fuera lo más rápido posible. Una extraña necesidad de redescubrir lo que me gusta de la vida en tierra, de reencontrarme con mi gente aquí.
Pero me desvío del tema. La cuestión es que fuimos a la playa, tuvimos velas, algún que otro rito, saltos sobre una minihoguera y baño a medianoche. Fue una noche serena, plácida, corta (porque volvimos después del baño a casa, ya que al día siguiente trabajábamos casi todos) y agradable. Ah, los amigos, qué bueno es volver a ellos.
Y al final de la noche recordé, como en un flash, cómo había pasado el anterior San Juan: en Copenhague.
Quién sabe cómo y dónde lo celebraré el año que viene.
I que no és guapo venir al poble? Jijijijijiiji. :)
ResponderEliminarSí que és guapo, sí!
EliminarAl vivir en zona de playa, mi San Juan es muy parecido al tuyo: playa, hogueras, saltar sobre ellas, cenar en la arena y baños nocturnos. Y nosotros les ponemos fuegos artificiales (no sé por qué, pero a los fuegos artificiales lo llamamos “castillo”. Claro luego lo dices fuera de Valencia y te miran raro).
ResponderEliminarAunque de adulta ya no lo celebro. No me gustan las multitudes y trabajo al día siguiente.
Pero este año (2016) lo celebré en un camping Tarragona, en el Festival Inspira, con longanizas de allí y un concierto. En mitad de la naturaleza. Si el año que viene coinciden las mimas fechas, lo más probable es que repita.
Curiosamente, yo lo de ir a la playa lo he empezado a hacer ahora, de adulta. De jovencita no lo hacía ni de coña. Lo del Festival Inspira debe molar muchísimo, algún año debería apuntarme.
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