viernes, 12 de septiembre de 2014

David Bisbal

El otro día (el otro día de pagès, como decimos por aquí, o sea, hace tres semanas) fui a un concierto de David Bisbal. Y lo digo así, directamente. No sé nada de música, pero me gusta la música. Y hay cosas que me gustan y cosas que no. Y hay cosas que me encantan y hay cosas que me parecen un divertimiento. Creo que hay una música para cada momento, que nuestra vida está marcada por canciones y todos nosotros tenemos una banda sonora propia, que marca los instantes de nuestras vidas. En mi caso, la banda sonora es de lo más heterogénea. Le doy a todo, o a casi todo, según me apetezca en cada momento y en cada lugar.

No digo todo esto para justificar que haya ido a ver a Bisbal. Bueno, igual sí. La cuestión es que a mí, en general, me gustan canciones. Oigo una canción y me gusta o no. A veces, me gustan grupos, cantantes o compositores (algún día debería hablar de mi amor absoluto hacia las bandas sonoras de películas), es decir, me gusta todo lo que hacen, pero eso es poco habitual. En mi lista de reproducción de mis favoritos aparecen desde Celine Dion hasta Yann Tiersen; Jorge Drexler suena después de Cold Play y luego Maldita Nerea y Noa; Bon Jovi se codea con Delafe y las Flores Azules y Bruce Springsteen está muy cerca de Alejandro Sanz, Neil Young, Glen Hansard, Miguel Bosé y Adele. Todo eso decorado con notas de música tradicional mallorquina, bandas sonoras y, últimamente, swing, bastante swing.

Vamos, que mis gustos musicales son bastante caóticos.

Curiosamente, Bisbal no aparece en mi lista de reproducción de favoritos, pero me cae bien. Y puedo pegar saltos oyendo “Ave María” o “Bulería”. Así que me pareció un idea estupenda pasar una noche de verano en un concierto suyo con un grupo de amigas (fuimos la plana mayor de las damas del feisbuk en casi su totalidad, aunque nos faltó una). Y, la verdad. Fue genial. Aunque no me sé ni la mitad de sus canciones, salté cuando cantó “Ave María” y me lo pasé estupendamente. Es un tipo que se ve que disfruta en el escenario, que se lo pasa en grande y que tiene un directo potente. Eso sí, no recordaba que hablando tuviera una voz tan aguda, parecía que se había bebido un globo de helio.

Un concierto genial, muy divertido. Aunque no me supiera las canciones. Ahí van algunas fotos.








5 comentarios:

  1. Pues genial que lo hayas pasado bien, y por supuesto que no tienes que justificar, faltaría más :D

    En uno de esos no me verás a mí, jeje. No niego la posibilidad de bailar en un momento dado (si así lo dictan las circunstancias) al ritmo de Bisbal o de quien encarte, pero pagar por ello... ¡con lo tacaña que yo soy, madre!

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    1. A mí eso fue lo que más me dolió también, pagar, jejeje. Prefiero ni pensarlo! :D

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  2. Del Bisbi me gustan varias canciones. A veces me gusta cuando suena Silencio u otra que no recuerdo el título mientras conduzco.
    Y leyendo tu post me he acordado de una anécdota que viví sobre Bisbal. Qué surrealista fue.

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