Hoy ha sido día nacional de oración aquí en Namibia. Me lo han contado dos colegas. Se celebraba para rendir homenaje a las víctimas de la violencia de género. Gender base violence (GBV) lo llaman aquí. O passion killing. Por lo visto, las muertes por violencia de género han aumentado espectacularmente en los últimos meses: si en 2013, 25 mujeres murieron aquí a mano de sus parejas, en estos dos meses (y poco) de 2014 ya han muerto 16. Así, hoy la gente se ha reunido en todo el país, en homenaje a las víctimas, para una oración conjunta.
Cuando les contaba a estas colegas que las cosas en España no son tan diferentes y que es un problema también muy extendido, han flipado. Hemos estado comentando lo aberrante y terrorífico que es, lo sorprendente, lo absurdo de este terrible fenómeno global. Cuando hablábamos de las causas o de las soluciones, una lo ha tenido muy claro: si la gente se casara, esto no pasaría, porque esto pasa porque la gente se va a vivir junta sin casarse. Yo le iba a contestar que es un problema que va mucho más allá de la religión y de Dios, pero luego he recordado que esta colega, en mi última visita, no vino un sábado a trabajar porque tenía que pasarse el día en la Iglesia. Yo intento ser muy respetuosa con cualquier creyente y no creyente y, aunque simplificar el tema de la violencia de género con un “es porque son unos pecadores” me parece absurdo, he preferido no entrar en discusión. Es un problema demasiado serio para simplificarlo así.
La cuestión es que aquí en Namibia la gente es muy religiosa, católica para más señas. Así que muchos piensan así, que todo ese mal es fruto del pecado. Yo creo que es precisamente lo contrario, la violencia es el mal, el pecado si se quiere llamar así. Y a pesar de saber que en este país son muy religiosos, me ha alucinado lo de día nacional de oración. Me parece muy bien rendir homenaje a las víctimas de la violencia de cualquier tipo, pero me ha sorprendido mucho. De hecho, esta colega me ha dicho que le hubiera encantado ir al estadio de Swakopmund donde se reunía hoy la gente para rezar y ha insinuado que no ha ido porque yo estaba aquí. Yo no soy su jefa, así que supongo que podría haber ido si hubiera querido. Pero ya me lo ha dicho por la tarde. El día nacional de oración empezaba a las 10 de la mañana, a las 12 había cinco minutos de silencio y luego seguía durante varias horas más.
Yo soy nueva en esto de días nacionales de oración, así que no tenía ni idea de si los colegas namibios querían ir o no. Luego, leyendo la prensa namibia, he descubierto que era obligatorio para todos los trabajadores (imagino que trabajadores públicos) asistir a las oraciones de su ciudad. Madre mía, igual les he obligado a incumplir un mandato gubernamental. También he descubierto que hoy estaba prohibido vender alcohol en tiendas (aquí no se puede vender alcohol en tiendas ni los sábados por la tarde ni domingos o festivos). No sé muy bien la relación entre la no venta de alcohol y el homenaje a las mujeres asesinadas, pero en un país en el que el alcoholismo es un problema latente, no creo que algo así sirva para mucho. Igual que un matrimonio religioso no acaba con la violencia de género, la prohibición de vender alcohol algunos días de la semana no acaba con el problema de alcoholismo. Creo yo.
Me ha flipado mucho esto del día nacional de oración. Pero más me ha flipado descubrir que mañana, 7 de Marzo, es el día mundial de la oración de las mujeres. Y que se celebra aquí, en Swakopmund.
Y yo que creía que ya no tenía nada que contar sobre Namibia…
Como agnóstico la verdad es que no creo que sirva para nada lo de la oración.
ResponderEliminarPienso que uno de las grandes causas del dramático problema de la violencia de género, (a parte de que hay mucho cabrón suelto) es una sociedad basada en primitivos y casposos principios patriarcales.
Principios impregnados con el “gen” de la desigualdad y defendidos con vehemencia por la iglesia.
De manera que lo de los rezos… como que no ;)
Te entiendo. Antes de escribir esta entrada, tenía muy claro cómo hacerlo, con un tono muy jocoso e irónico. Pero según la escribía, lo fui cambiando, porque no me parecía bien reírme de las creencias de nadie. Pero eso no quita que esté totalmente de acuerdo contigo y que piense que, en realidad, la iglesia ha hecho mucho más a favor de este tipo de violencia que en contra. Además del tema de la violencia en sí, lo de que se monte un día nacional de oración me dejó un poco en shock, la verdad. Ya te digo, yo creo que soy respetuosa con todos, pero que haya un día nacional de la oración creo que es exhibicionismo más que otra cosa.
EliminarDebe ser toda una experiencia andar por esos lares..
ResponderEliminarSí,sí que lo es. Y creo que cuanto más pase el tiempo, más alucinaré por haber estado por aquí.
EliminarA mí no me parece mal que recen, son sus creencias y las deben seguir. Pero tampoco me parece efectivo, porque seguirá habiendo mujeres maltratadas por mucho que recen. Hay que ser más proactivo en este tema. Pero, ¿cómo hacérselo ver si creen que la solución es el matrimonio? Difícil tema, y difícil solución.
ResponderEliminarPues eso. Nada que añadir. Aquí se juntan dos cosas, el tema de la violencia y el tema de la religión. Yo creo que no están unidas, para nada y mezclarlas creo que no hace nada a favor de una solución.
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