miércoles, 30 de enero de 2013

¡Y que cumplas muchos más!

Hoy mi hermana la gafapasta cumple años. No diré cuántos, por si se enfada. Sólo diré que cumple más que yo. Qué diablos, es mi blog y escribo lo que quiero: hoy mi hermana la gafapasta cumple 38 tacos. Y, como veis en la foto de al lado, ella misma se ha ocupado de recordármelo, marcando el calendario adecuadamente.

Hoy mi hermana gafapasta cumple años y este no va a ser una descripción maravillosa de amor fraternal. Porque ella sabe que la quiero y por eso no hace falta que la halague. Porque es un trasto, me saca de quicio siempre y nos hemos peleado mil veces de niñas, pero también es una buena amiga. Porque cuando hay confianza da asco, así que puedo contar todo esto y sé que no se enfadará (o sí).

La principal característica de mi hermana es que es Acuario. Los Acuario se caracterizan por una cosa: viven en su propio mundo, Acuarilandia. Con los años y al haber conocido a muchos más Acuarios, he llegado a la conclusión de que no existe un único Acuarilandia: cada Acuario vive en su propio mundo, su propio Acuarilandia. Sí, puede haber varios Acuarilandias parecidos, pero cada uno tiene el suyo propio. Eso no quita que de vez en cuando viajen de Acuarilandia al mundo real e interaccionen con el resto de humanos pero, en general, viven en Acuarilandia. El mundo de mi hermana es un mundo en el que suena música de ball de bot, todo el mundo es bueno, hay muchos libros, de los grifos sale té, los móviles no se rompen aunque les pases el coche por encima y el color rosa está prohibido.

Otra de sus características es la sinceridad, la sinceridad más absoluta. Eso, aunque parezca lo contrario, es una putada. Porque si algo no le gusta, te lo dice. Así, a la cara. Aunque sea el más maravilloso regalo que llevas semanas planeando. Lo abre, lo mira, pone cara de asco y le preguntas:

- ¿No te gusta?
 - No. – y se queda tan pancha.

Por eso yo no me arriesgo y mis regalos de este cumpleaños van a lo seguro: este conjunto de cuello y gorro hechos por mí, una cosa que ella me ha pedido y otra que no me ha pedido pero que sé que le encantará. Sin sorpresas, a lo seguro. Aunque, bien pensado, a ella le encantan las sorpresas. Y le encanta sorprender a la gente. Lo que pasa que los que la queremos ya no la sorprendemos: nos da miedo por su sinceridad, así que dejamos que sea ella la que nos sorprenda.

- Nisi, no hagas planes para la noche de mi cumple. Vamos a ir a cenar a un sitio. A un sitio muy, muy guay; donde hay que reservar antes porque es muy, muy difícil conseguir sitio y alguien no podrá beber porque hay que conducir.
 - ¿Ah, sí? –pongo cara de inocente.
 - Sííí. ¡No lo averiguarás nunca!
 - Seguro que no… –parpadeo más inocente que Bambi y pienso “nos va a llevar aquí”. Y sé que acertaré.

Su aplastante sinceridad implica otra cosa: es incapaz de mentir. Perdón, no es incapaz, miente, pero no sabe hacerlo. Se le ve el plumero. Abre más los ojos de lo normal, balbucea y dice cosas inconexas. Eso, a los 38, no es un gran problema, porque para qué mentir a estas edades. De adolescente y jovencita, era una putada. Llegaba a casa contando unas historias que se veían a leguas que eran trolas. Los padres, oh, los santos padres, debían hacer como que se lo creían. Pero a mí no me cuela ni una. Yo la conozco. Y yo sí que sé mentir (que no hermana, que no sé dónde nos vas a llevar esta noche, de verdad que no).

Una de las características que no tiene mi hermana la gafapasta es la empatía. Cuando la repartieron, ella debía estar en Acuarilandia. Tiene la misma empatía que una patata frita. Le cuentas tu vida, una cosa terrible de tu vida y tiene la asombrosa capacidad de ridiculizarla hasta el mínimo, contrastándola con alguna cosa que le ha pasado a ella que es, según su punto de vista, un millón de veces peor que lo tuyo:

- Hermana gafapasta, me he partido una pierna, me ha dejado el novio y una moto ha atropellado a mi perro.
 - Ay, ¿sí? Pues mira, a mí me ha salido una cana.
 - Ya pero mira, tengo la pierna rota…
 - Bah, eso no es nada, mira que cana más fea tengo yo.
- Que me ha dejado el novio, por una bailarina de striptease.
- Bah, no me caía bien. ¡Mira mi cana!
- ¡¡¡Que una moto ha atropellado a mi perro!!! ¡¡¡Ha muerto en mis brazos!!!
- Ya, ya, qué pena. Pero, puaj, qué asco. Oye, déjame de contarme tu vida y hazme un poco de caso, ¿eh? Que mira qué cana me ha salido…

Esa falta de empatía le provoca dos cosas. La primera, la capacidad de abstraerse de una conversación. Le estás contando algo y, por muy importante que sea, si no le interesa, se pone a mirar por encima del hombro y desconecta. Y, debido a su ya mencionada sinceridad, lo admite.

- Pues iba yo toda borracha y se me cruza una ancianita y ¡zas, en toda la boca!, la atropello… ¿Crees que me van a detener?
- ¿Perdona?
- Que si me van a detener.
- Mira, es que no te estaba escuchando.
- Joer, ¡que he atropellado a una ancianita!
- Ya, pero es que no me interesa.

Lo segundo es que aunque ella no tiene empatía, cree que todo el mundo está en su mente. No sé por qué, pero está empeñada en que conozco a todo el mundo que ella conoce. Y eso provoca conversaciones como éstas:

- ¡Nisi! ¡Pepita ha tenido ya el niño!
- No conozco a Pepita.
- Que sí, que la conoces.
- Que no.
- Que sí. Es la hermana de Fulanito.
- No sé quién es fulanito.
- Que sí, ¿te acuerdas aquel día hace tres años que íbamos paseando por la calle y nos pitó un coche?
- No.
- Que sí, un coche rojo. Pues el que iba en el asiento trasero es Fulanito. Y Pepita es su hermana.

Total, que mi hermana es una Acuariana anti-empatía pero con encanto. Ah, no lo he dicho, pero es mi hermana favorita. Igual tiene que ver que es mi única hermana. Así que le deseo lo mejor, para hoy y para siempre.

¡¡Feliz cumple, sis!!

4 comentarios:

  1. Pues muchas felicidades a tu hermana acuario de parte de otra acuario que no se le parece en nada.

    Me gusta lo de acuarilandia!!

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    1. Bueno, debe haber muchos tipos de acuarios, jejeje! O es que vivís en acuarilandias diferentes! :)

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  2. Gracias por las felcitaciones!!! Me ha gustado mucho el artículo pero podría ser muchísimo más largo (tampoco hay que aburrir al personal ni airear todos los defectos de una acuariana jajaja) y seguro que Bichejo encontraría algún parecido razonable jajajajajajaja.

    Por cierto, que la empatía existe... Lo que pasa que el resto del Zodíaco no lo ve jajajajaja.

    En serio, muchas zankius little y el año que viene más!!!!

    Y ahora prepárate para ir a sopar a ese sitio que tú haces que no sabes cuál es y que yo hago que no sé que lo sabes...

    Y esta es la versión cooooorta!! Jajajajaja.

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    1. Madre mía, se me están ocurriendo ya unas cuantas cosas para la entrada de tu cumpleaños del año que viene... :P

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