Tengo muchas cosas pendientes que contar por aquí. Por ejemplo, películas que he visto. Durante las Navidades (hace mil años, vamos), aprovechando que mi
pedazo faringitis me dejó fuera de juego durante bastantes días, vi bastantes películas. Tantas, que he decidido incluir en esta entrada sólo las que vi antes de final de año. Ya haré otro día otra entrada con las primeras películas de 2015.
“Marido por sorpresa” de Griffin Dunne es una película protagonizada por Uma Thurman, Colin Firth y Jeffrey Dean Morgan (me gustan los dos mucho, mucho) que sé que he visto porque la tenía apuntaba, pero no recordaba cuál era. Eso no quiere decir que no me gustara, después de ver el tráiler la recuerdo… bastante. Ya ni sé si la vi estando bastante mala (bajo una interesante combinación de antibióticos-antiinflamatorios-analgésicos) o antes. Pero bueno. Uma Thurman es una doctora dedicada a arreglar la vida amorosa de los demás a través de un programa de radio, a punto de casarse con Colin Firth. Como consecuencia de sus consejos en la radio, la prometida de Jeffrey Dean Morgan cancela su propia boda y éste se venga de una manera bastante poco sutil: se convierte en el marido legal de Uma. Comedia romántica, divertida, graciosa pero de la que apenas recuerdo vagamente el final. Sé que me lo pasé bien. Y punto.
Algo parecido me pasó con “Serendipity” de Peter Chelsom, con John Cusack (otro que me cae genial) y Kate Beckinsale: no sé cuándo la vi. Juraría que estando también enferma, pero yo qué sé. Es la historia de dos desconocidos que se conocen por casualidad y se sienten atraídos el uno por el otro. Pero ambos tienen parejas así que deciden (bueno, lo decide ella, en realidad) apuntar sus números de teléfono en un billete y un libro, esperando que el futuro los vuelva a unir, si están destinados para ello. Otra comedia romántica maja, buena de ver y que pega mucho para una tarde tonta de invierno. Me gustó, aunque en algún momento me apetecía pegar a la Beckinsale.
Empecé a ver “Gru 2. Mi villano favorito” de Pierre Coffin y Chris Renaud en un avión, de camino a no sé dónde, pero la copia que tenía estaba en portugués y… bueno, mi portugués no es demasiado bueno. Luego finalmente la vi en un idioma que entiendo más y la disfruté tanto como la primera parte. Me encanta Gru, me encantan sus personajes y los minions son adorables. Tengo ganas de ver ya su película.
“El chico de tu vida” de Robert Luketic es de esas pelis que igual no debería confesar que he visto. Bueno, qué más da. Es lo que tienen las fiestas y las ganas de no moverte del sofá. Es la historia de una chica de la América profunda (digo yo), hiperenamorada del famoso de turno con el que gana una cita en un concurso montado para lavar su imagen. No sé, la peli me pareció bastante tonta, no me podía creer que fuera taaaan tonta, pero creo que en realidad se reía de sí misma y eso también tiene mérito. Y sale Ginnifer Goodwin como amiga de la protagonista y me cae muy bien.
“El imperio del fuego” de Rob Bowman es una película de machotes muy machotes, que debería llamarse “El reino del fuego”, traducción literal del título original, pero que yo creo que le pusieron lo de “imperio” porque salía Christian Bale (que ya era monísimo de niño, cuando protagonizó “El imperio del sol”). Además de Bale, sale Gerard Butler que me encanta tanto o más que Bale y Matthew McConaughey, que no me gusta demasiado, pero se lo perdono, porque los otros me encantan. Esta peli la vi a trozos: la pillé empezada en la tele, la puse para grabar, pero no se grabó el final, así que primero vi lo del medio, luego vi el principio y, por fin, el final. Pero aún así me lo pasé pipa. Tras el despertar a un dragón de su letargo por accidente, el planeta queda prácticamente invadido y destruido por estas criaturas. Bale lidera un pequeño grupo que intenta sobrevivir cerca de Londres, cuando aparece un grupo de yanquis, liderados por McConaughey, que asegura que puede liquidar dragones. Muy chula, visualmente muy atractiva y una de las pocas historias de ciencia-ficción que, tras un inicio chulo, no se desinflan como un globo.
Aún no había visto “V de Vendetta” de James McTeigue y me gustó mucho. Hubo un rato que pensé que no era para tanto pero sí, creo que es una peli que merece atención y que debe verse. Basada en una novela gráfica (cosa que se nota mucho en algunos momentos de la película), es una distopía protagonizada por un individuo enmascarado que quiere destruir el Parlamento de Londres. Manipulación, totalitarismo, revolución. La película toca todos esos puntos de manera muy atractiva, en un futuro totalitario en el que las libertades son pocas y el poder del pueblo es muy superior a lo que ni el propio pueblo ni sus gobernantes pudieran creer. Muy atractiva, tanto visualmente como por la historia. Y por sus actores, Natalie Portman es genial pero es que el elenco de actores que le acompaña es para quitarse el sombrero (Hugo Weaving, Stephen Rea, John Hurt, Stephen Fry, Rupert Graves –ay, qué perdido que lo tenía, con lo mono que es).
No sé qué decir de “Love Actually” de Richard Curtis. Me encanta y no me canso de verla. Esta vez la vi en una noche de insomnio provocada por un dolor insoportable de garganta. Cualquier cosa que pueda decir de esta película es buena. Y esta vez descubrí que el restaurante en la última secuencia de la historia entre Colin Firth y Lúcia Moniz está en el puerto de Marsella y que pasaba por delante de él cada día cuando estuve allí la última vez, en un congreso. Si lo llego a saber, entro a verlo.
Vi “Mi vida en ruinas” de Donald Petrie porque salía Nia Vardalos, la protagonista de la estupenda “Mi gran boda griega”. No es, ni mucho menos, tan fresca y divertida como aquélla, pero bueno, recordad que estaba enferma. La protagonista es una guía en una agencia de viajes a la que no le gusta ni su trabajo, ni su vida, ni los terribles turistas que le tocan siempre. Pero en uno de esos viajes con turistas empieza a ver la vida de otra manera. Bah, no es nada del otro mundo, pero he descubierto a un griego guapísimo (no os creáis que es verdad que los griegos son todos guapísimos. Yo en cuatro meses en Creta sólo vi dos). El griego en cuestión es
Alexis Georgoulis, que en la peli tiene un aire a George Correface, pero aún más guapo. Me lo pido.
“Noche de fin de año” de Garry Marshall es de esas películas que intentan imitar a “Love Actually” en lo de coger una fecha importante y meter un montón de famosos en unas cuantas historias que se cruzan entre sí. Y lo que en “Love Actually” funciona con la precisión de un reloj (y hasta con un toque de magia), en “Noche de fin de año” no funciona para nada (igual que en “El día de San Valentín”). A mí ver tanta gente buena en una cosa tan mala me pone de mal humor.
“Buscando a Nemo” de Lee Unkrich y Andrew Stanton es maravillosa, se mire por donde se mire. Y para una bióloga especializada en temas marinos es el paraíso. Adoro esta película, es otra de esas que no me canso de ver, tengo ganas de achuchar a Nemo todo el rato y me muero de ganas de ver la segunda parte. Si aún hay alguien en la faz de la Tierra que no la ha visto, no sé a qué espera.
“La terminal” de Steven Spielberg es como la mayoría de películas de Spielberg: en parte seria, en parte tierna, en parte dramática, en parte mágica y en parte romántica. Y hasta con algún punto tan tonto que sientes un poco de vergüenza ajena. A mí me gustan mucho y ésta me gustó. La guerra civil en el país de origen de Tom Hanks provoca la anulación de su pasaporte, lo que hace que quede atrapado en la terminal internacional de un aeropuerto de Nueva York. La película cuenta cómo se adapta a su nueva situación y las relaciones que establece con los habituales del aeropuerto, tanto trabajadores como una azafata interpretada por Catherine Zeta Jones. Genial Stanley Tucci, qué gran actor.
Y de momento es todo. Creo que he visto (casi) más películas en estos días de vacaciones y enfermedad que en todo el resto del año. Cosas que pasan.