viernes, 23 de agosto de 2013

La supervivencia de las plantas

Una de las cosas que me preocupaba de irme una semana a orillas del Cantábrico a coger aire eran mis plantas. En mis frecuentes viajes laborales, mis padres (bueno, mi padre-MacGyver) se encargan de ellas, pero esta vez el viaje era familiar, me iba con ellos, así que había un pequeño problema que resolver. Como las tomateras ya estaban en las últimas, simplemente decidí acabar con ellas (recolectando antes los 3 tomatitos casi verdes que quedaban). Pero aún así, había muchas plantas que regar y no podía obligar a mi hermana la gafapasta (que vive a 40 Km) a pasar cada día.

Después de una pequeña búsqueda por internet, decidí probar con un sistema de riego automático casero. Así, coloqué un cubo de agua encima de unos estantes metálicos de Ikea (sobre los que normalmente reposan todas mis macetas, para evitar que el suelo del balcón se humedezca en exceso) y, alrededor del cubo, las plantas que necesitan riego diario (ni los cactus ni el aloe). Compré en la mercería del barrio, en la que me surto de lanas para tejer, de hilo grueso 100% algodón, lo humedecí e introduje un hilo en la tierra de cada maceta. Para evitar que los hilos se movieran, agujereé una botella de agua mineral por la parte inferior e introduje ahí los hilos. El montaje quedó talmente así:



También preparé un segundo set de riego automático casero en la galería, para regar los Ginkgo biloba, los baby-ginkgos (algún día hablaré de mi proyecto “Pon un ginkgo en tu vida”) y alguna otra planta que tengo en la galería. Como había acabado el hilo grueso, cogí uno que había comprado hace tiempo, también 100% algodón, y le di varias vueltas, para aumentar su grosor. El segundo montaje quedó así:




Y funcionó.

Sí, el sistema de riego automático casero funcionó.

Eso sí, es mejorable, pero funcionó.

Mi hermana-gafapasta pasó a controlar el tema a mitad de semana y rellenó el agua del montaje número 1. También detectó un exceso de agua en el montaje número 2. El montaje número 1 fue un verdadero éxito: eso sí, hay que regular bien la cantidad de agua que las plantas necesitan. En mi caso, el cubo de agua no duraría más de 4 días, ayer por la tarde lo encontré casi vacío. Pero con todas las plantas vivas. El montaje número 2 tuvo dos problemas: por un lado, dejé sin base dos macetas con agujeros, por eso había agua por todo. El segundo problema es que los baby-ginkgos absorbieron demasiada agua y las macetas sin agujeros (es decir, los culos de botellas de agua vacías) estaban encharcadas. He trasplantado los baby-ginkgos a tierras más secas, pero no creo que sobrevivan.

En cualquier caso, estoy contenta de cómo ha funcionado todo. Mis plantas pueden sobrevivir sin mi continua presencia. Y hoy he cosechado algunos frutos: un pimiento y varias mini-zanahorias. Vale, las zanahorias son diminutas, lo admito, pero eso ha sido un error mío al intentar reutilizar tierra ya usada, sin abonarla antes. No volverá a pasar.


6 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Me encanta que haya funcionado, aunque la idea no es mía!

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  2. Ostras, no conocía ese método.
    Me lo guardo. Gracias por compartilo.
    Que pongas las fotos ayuda mucho a entenderlo.

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    1. Sí, las fotos son importantes, porque creo que no me explico muy bien...

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  3. Muy bueno el sistema de riego! Voy a implementarlo en el balcón de mi casa, pero se me ocurre agregarle la posibilidad de que junte agua de lluvia (dicen que es la mejor agua para el riego). Eso si, hay que cuidar que el recipiente no genere mosquitos. Después de tu experiencia, qué cosas le cambiarías o agregarías para mejorarlo?

    Luego te cuento qué tal me fue!

    Saludos!

    PD: me interesa saber sobre tu proyecto “Pon un ginkgo en tu vida”

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    1. Me parece una gran idea aprovechar el agua de lluvia, si tienes espacio para montar un dispositivo y recogerla, es lo mejor. Yo no tuve problemas de mosquito, pero sí que habría que tenerlo en cuenta. Tal vez la solución es plantar alguna planta antimosquitos, tipo lavanda, albahaca o citronela.

      El sistema de la primera foto funcionó muy bien. Es importante que las cuerdas (de algodón) queden al fondo del cubo, por eso yo le hice agujeros en la botella y las metí dentro. El segundo sistema me regó en exceso, vamos que las cuerdas absorbían demasiado agua. Lo importante es probar el sistema antes de dejarlo solo (cosa que yo no hice).

      Este año lo volví a probar y me fue bien otra vez, así que no se me ocurre nada más para mejorarlo. Al menos de momento.

      "Pon un ginkgo en tu vida" fue un proyecto frustrado. Me encantan los ginkgos y mi plan era cultivar algunos pequeños que tenía y repartirlos a gente de mi alrededor, gente que tuviera sitio para sembrarlos. Pero durante al final murieron todos (creo que en parte por culpa del exceso de agua del que hablaba antes), así que sólo me quedan los que tengo en una maceta y son míos. Pero no descarto intentar sembrar más en un futuro.

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