Me gusta la literatura de ciencia ficción. Mucho. He leído bastante ciencia ficción, tanto siendo adolescente (fui hiperfan de “La trilogía de los trípodes” de John Christopher que releí hace 5 años) como ya de adulta. HG Wells, Ray Bradbury, Aldous Huxley, George Orwell, Stanislav Lem, Philip K. Dick son autores que he leído (y seguramente varios más que no recuerdo ahora). En cambio, con el cine de ciencia ficción me pasa una cosa: como ya sugerí el otro día, tengo la sensación que en los últimos tiempos, deriva demasiado hacia el cine de terror, o al menos al cine de “sustos”.
Para mí, el terror es una cosa y la ciencia-ficción es otra. Sí, que los extraterrestres invadan la tierra no deja de ser terrorífico, pero eso no implica que una invasión extraterrestre se convierta en una historia de sobresaltos continuos, de agobio, de angustia por cuándo vendrá el siguiente susto. Creo que la ciencia-ficción me resulta mucho más interesante cuando reflexiona, cuando por ejemplo, en el caso concreto de la invasión de extraterrestres, se plantea quiénes son, de dónde vienen, a qué vienen y (sobre todo) cómo diantres podemos librarnos de ellos.
Aquí hay claras diferencias entre cine y literatura: en literatura, el concepto de terror es mucho más relativo. Pueden darte miedo historias de fantasmas o zombies, incluso de extraterrestres, pero nada es comparable con el terror en la pantalla grande. Y más que con el terror, con el miedo, con los sustos.
En los últimos tiempos, el cine (sobre todo Hollywood) convierte en cine de terror cualquier historia de ciencia ficción. Vayamos a cualquier listado de mejores películas de ciencia ficción, por ejemplo éste o éste.
Entre las películas que he visto, hay muchas de ciencia-ficción interesantes (y hasta divertidas, pero nunca terroríficas) de antes del año 2000: “Gattaca”, “Regreso al futuro”, “La guerra de las galaxias”, “Blade Runner”, “ET”, “Terminator”, “Abyss” y “Esfera” (la misma historia contada dos veces), “Contact” y un largo etcétera. Pero las películas más recientes de ciencia-ficción me dan miedo: “Señales del futuro”, “La guerra de los mundos” o “Señales” son ejemplos en los que lo he pasado bastante mal. Vale, en el pasado también había películas de ciencia-ficción terroríficas (“Alien”, que no he visto nunca ni pienso ver o “La invasión de los ladrones de cuerpos” que vi de niña y me aterrorizó) y también hay historias de ciencia ficción recientes que no dan miedo (“Hijos de los hombres”, “Avatar” o “In time”), pero tengo la sensación que hoy en día se asume que cualquier historia no realista, cualquier historia de ciencia ficción se debe convertir en una peli que da miedo. Lo vi claramente después de ver la versión antigua de “La guerra de los mundos” que me pareció amena e interesante, intrigante y con las dosis adecuadas de tensión, en comparación con la versión moderna de Spielberg, de la que sólo recuerdo que pasé “mucho susto”.
Y no hablemos ya de historias de fantasmas o de zombis. Por ejemplo, a mí “Los otros” me encantó como historia, igual que “El orfanato”, pero pasé tanto, tanto miedo con ambas que no las pienso volver a ver. También pasé mucho miedo con “Dragonfly” (sí, soy una miedica) y a las historias de zombies ni me acerco, y eso que me parecen una temática muy interesante. Pienso leerme “Guerra Mundial Z”, pero no veré la película ni de coña.
Resumiendo, me gusta la ciencia-ficción y soy muy miedica. Así que productores de Hollywood, por favor, haced películas de invasiones extraterrestres, de futuros inciertos, de fantasmas o de zombies, pero haced alguna sin sustos innecesarios, que a mí no me aportan nada.
En la foto, una gaviota el otro día en Cudillero, Asturias. No tiene nada que ver con la entrada, pero es una foto que me gusta y el otro día no colgué.
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