Sí, tengo una falda. Por fin.
Y digo por fin porque era en marzo cuando ya tenía casi una falda. Casi ocho meses he tardado en acabar el proyecto falda. Han sido varios los motivos, pero el fundamental es que, con la llegada del buen tiempo, no sentía necesidad de acabar una falda de lana. Porque sabía que faltaban muchos meses hasta que me la fuera a poner.
Al final me acobardé y tuve que pedir ayuda a mi madre para acabarla: hacer un forro y ponerle una cremallera. Después de una planificación conjunta, no ha sido difícil (para ella) acabarla, así que en pocos días estuvo lista.
Así que, por fin, tengo una falda (ahora sí). Sólo falta que empiece a
hacer frío y estrenarla. A juego con mi gorro de perdidos al río (al
que, por cierto, me siento tentada de añadirle algún pompón).
Es que nuestra madre es mucha madre! En un plisplás va y te pone un forro como te hace un traje de pagesa jejejeje.
ResponderEliminarY sí, sigo diciendo que sí al pompón.
Si ponle un POMPÓN!
EliminarOs haré caso...
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