miércoles, 2 de abril de 2014

Festival de primavera

Hoy estoy bastante enfadada con el mundo. Y por varios motivos.

Uno de ellos es que una persona que creía que confiaba en mí, me ha demostrado que no. Para nada.

Todo ha venido por el Festival de primavera que celebramos cada año. En primavera, claro. Hoy, mientras tomaba el café (es un decir, no me gusta el café), le contaba algunas de las cosas que haremos este año en el Festival de primavera a alguien que normalmente participa en este festival, pero que este año no puede participar. Por ejemplo, le contaba que este año haríamos tartas. No recuerdo exactamente la conversación, no sé si he mencionado que haríamos tartas de manzana, pero bueno, hablábamos de las tartas. Más tarde, cuando salía del despacho hacia el baño me he encontrado con el sumo responsable del Festival de primavera (que no participa en el festival, porque es sumo responsable de muchas cosas y no puede estar por todo). En su mirada ya he visto que no venía muy contento, ponía esa cara que pone o, mejor, que solía poner cuando me echaba broncas (ahora hace tiempo que no me las echa).

- Oye, este año en el Festival de primavera, vamos a hacer tartas de manzana, ¡¡¡no tartas de fresa!!!

Yo le he mirado así, con la expresión “¿Qué me estás contando?” que pones cuando alguien interrumpe tu camino hacia el baño.

- Sí, ya. – le he contestado- Tartas de manzana… - y me he parado un segundo pensando dónde he escrito yo lo contrario, dónde he metido la pata, cuándo me he equivocado. Y no se me ha ocurrido nada- ¿Me he equivocado en algún lado? ¿Dónde he puesto tartas de fresa?

- Es que le has dicho a esa persona con la que has hablado esta mañana que íbamos a hacer tartas de fresa, ¡¡¡pero vamos a hacer tartas de manzana!!!

Y me he encogido de hombros y le he dicho “Me habré equivocado”. Luego ha aprovechado el cabreo momentáneo para interrogarme sobre la planificación de otros eventos del festival, como el torneo de mini-golf.

La cuestión es que según han pasado las horas, me he estado preguntando realmente si yo he dicho lo de “tarta de fresa”. Puede que sí, claro que sí, puede que me haya equivocado, pero tengo muy claro que una tarta de fresa y una tarta de manzana no son lo mismo. De hecho, en el Festival de primavera del año pasado, hicimos tartas de manzana, tartas de fresa y ¡hasta muffins de chocolate! Pero este año sólo haremos tartas de manzana. La verdad es que creo que sólo he mencionado que haríamos “tartas” sin entrar en detalles. Pero bueno, la cuestión que me ha acabado de cabrear no es esa.

No.

Me he dado cuenta de que el sumo responsable del Festival no confía en mí. Le ha dado a la persona con la que he hablado esta mañana un 100% de credibilidad y a mí un 0%. Cero patatero. Y me ha cabreado, mucho. No es que yo, por ser yo, requiera de él un 100% de credibilidad pero, puestos en igualdad de condiciones, ¿no debería darme al menos un 50%? O incluso un poco más. La persona con la que ha hablado volvió el lunes al trabajo después de varios meses de ausencia, para trabajar esta semana y volver a ausentarse varios meses más. Como ella misma me ha dicho, se despierta cada noche cada dos horas. Pero aún así, aún siendo una persona con falta de sueño (eso creo que crea problemas de concentración) y que ha estado desvinculada del trabajo (y, por supuesto, de la preparación del Festival) su credibilidad ha sido del 100%. Y la mía del 0%.

Me he cabreado mucho. Porque entonces he pensado que si me ha dado la responsabilidad de organizar el Festival de primavera (entre otros muchos eventos de los que me encargo yo ahora cuando no debería hacerlo), tal vez es porque él no quiere (o no puede) hacerlo y no porque confía en mí. Y se me ha caído el alma a los pies. No confía en mí.

Después de más de 13 años rindiendo pleitesía al sumo responsable, ¿ahora resulta que no confía en mí?

Pues estamos bien.

Igual ya no me echa broncas porque me da por imposible.

Y encima, no puedo cogerme días libres porque la put- aplicación que tengo que utilizar para solicitarlos ha decidido dejar de funcionar en mi ordenador. Y ya he perdido la cuenta de las horas que llevo luchando contra ella.

En fin.

Sean felices.

5 comentarios:

  1. Yo tengo otra versión: El sumo responsable del Festival confía en ti. Te deja organizar viajes en grupo con compis de otros lados, te deja organizar el Festival de primavera aunque sea él el responsable, te deja reunirte con los Sumos Pontífices, etc, etc, etc... Pero ha venido una persona que le ha dicho: Nisi me ha dicho que este año en el Festival NO va a haber tartas de manzana, las quiere hacer de fresa. Y le ha generado una duda. Pero no es desconfianza hacia ti. Ha creído lo que ha dicho la compi. Y debía pensar, ¿cómo puede ser que Nisi haga tartas de fresa con lo buenas que son las de manzana y el buen resultado que dan? Incluso, aunque parezca increíble, a lo mejor hasta se ha preocupado: ¿Estará bien Nisi? ¿Qué le pasará? ¿Se habrá dado un golpe en la cabeza? Y, como el Sumo Organizador no sabe hacerlo de otra manera, en vez de demostrar su preocupación ante ese hecho, ha demostrado una desconfianza inexistente.
    Eso, y que little Nisi estás sensible y estresada por el Festival de Primavera dels collons (con perdón jijijiii)... Y crazy cosas que te impiden organizarlo como te gustaría porque te enredan.
    ¿Te ha gustado mi historia?

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    1. Sí, me ha gustado, pero no sé...
      De todas maneras, la otra parte implicada me ha dicho que efectivamente yo sólo hablé de tartas y lo de qué era la tarta, se lo imaginó ella. Que no cambia nada la historia, pero bueno, al meno sé que yo no me equivoqué.

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  2. Ah, a mí me ha gustado la tuya jijijijijii.
    Que conste que he intentado empatizar... Para que luego digas jijijijijiji.

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  3. Joder Nisi… no sé… que decepción. La verdad es que nunca lo hubiese imaginado de ti.
    Sí, ya sé que no te conozco mucho pero… me parecías… tan…bueno… es igual, lo hecho hecho está.

    En fin, se ha de pasar página, pero la confianza… puuufff…eso no se recupera así como así.

    (Confundir la tarta de manzana con la de fresa!!!. Es que, es que… no me lo quito de la cabeza)

    ;)

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    1. El problema no son las tartas, claro, es la confianza.
      Y ahora sé que yo no me confundí de tarta. :)

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