Cuando te pasas años, muchos años, intentando compatibilizar un trabajo, un doctorado, actividades extraescolares y un poco de vida social, aprendes a organizarte tu vida, sobre todo tu tiempo libre, minuto a minuto. Y con antelación. Sin lugar a la espontaneidad, ni a los planes inesperados.
Hoy es viernes. No tengo planes esta noche. Genial, haré tesis y me iré a dormir pronto. Mañana me levantaré pronto y seguiré. Luego iré a ensayo con el grupo. Después de comer, trabajaré un rato más, porque por la noche tengo una cena. Intentaré que no se haga muy tarde, así aprovecho la mañana del domingo. Luego se hace tarde, claro, y te levantas a las tantas. No pasa nada, aprovecho las dos horas que quedan de mañana para hacer los deberes de inglés y limpiar el baño. Después de comer me pongo otra vez. Y esta tarde no quedo con nadie, así aprovecho más.
O…
Hoy es viernes. Tengo cena. Bueno, no saldré. Bueno, saldré pero no beberé. Bueno, saldré, beberé, pero poco. Bueno, tampoco pasa nada si mañana por la mañana no hago nada. Bueno, me levanto pronto aunque tenga sueño, trabajo por la mañana y ya hago la siesta después de comer. No, mejor que no salga hoy. Bueno, venga, sí que salgo, pero el sábado no, que el domingo tengo excursión y estaré todo el día fuera. Pero volveré de la excursión pronto y trabajaré un rato. Pero no mucho, que si el domingo me voy a dormir tarde, el lunes no soy nadie en el curro.
Y así hasta el infinito.
Ahora, en este estado de extraña felicidad postdoctoral, he descubierto que soy incapaz de olvidar esta rutina de organizar mi tiempo libre al milímetro. Lo voy consiguiendo sí… al menos a ratos. Pero me descubro a mí misma en plan…
Hoy es viernes. Viene gente a casa. Ayer no tuve tiempo de ir a Carrefour. No pasa nada. Después de comer, bajo los papeles y plásticos para reciclar, voy al Mercadona y luego me pongo a preparar la cena. El sábado por la mañana recogeré la casa y haré la siesta, porque estaré cansada del viernes. Y tengo planes para el sábado por la noche. Ir a tomar algo. ¿Cena antes? Tal vez sí pero… ¿por qué no hemos quedado ya para cenar? ¿Por qué lo tenemos que decidir en el último momento? Y el domingo hará malo. No pasa nada. Limpio la casa. Arreglo las plantas. Hago deberes de inglés. Me tumbo en el sofá a hacer el vago. Escribo un poco. ¿Y por la tarde? ¿No tengo planes para el domingo por la tarde? Hm... debería leer el libro de inglés, que voy algo retrasada. Y tengo que poner una lavadora.
Algún día seré una persona normal. Eso espero.
O no.
La foto, hecha con el móvil el otro día en el Palma aquarium, donde fue a una conferencia. Es interesante la vida que existe después de la tesis.
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