domingo, 7 de junio de 2020

En fase

Dos semanas en Fase 1.

Dos semanas en Fase 2.

La vida sigue, mayormente confinada, pero con algunas excepciones, con algunos alivios, navegando suavemente hacia eso que llaman “nueva normalidad”.

Si duermo mucho y bien, al día siguiente soy feliz. Si duermo poco o mal, lo veo todo negro. Creo que esto ya lo conté.

Mañana entramos en Fase 3 pero, en realidad, no creo que mi vida cambie demasiado a cómo ha sido en las últimas semanas. Teletrabajo. Empezar a quedar con amigos. Y poco más. Quiero recuperar lo de salir a caminar, a primera hora de la mañana. Pero ahora que las noches empiezan a ser cálidas, me gusta pasar un rato sentada en el balcón, tranquilamente, leyendo, escuchando música, viendo series o, simplemente, estando ahí. Así que se me hace tarde, no me voy a dormir tan pronto como acostumbraba al principio de la pandemia, cuando aún era invierno.

Madre mía, mi balcón. Ha tenido que llegar una pandemia para volver a enamorarme de él.

Hacía años que mi huerto urbano no resplandecía como ahora. Qué digo, hacía un par de años que ni siquiera tenía huerto urbano.

Me he vuelto a enamorar de mi balcón, de las plantas, de contemplar la vida pasar, tranquilamente.

He aprendido a hacer amigurumis, como el monstruo de la foto, tejido a partir de restos de lanas de otros proyectos, por eso tiene esos colores tan locos. Ha tenido que llegar una pandemia para aprender a tejer amigurumis.

Ayer pensé que, si en la nueva normalidad voy a dejar de viajar, o viajar muy poco, podría adoptar un perro. O un gato. Siempre quise tener un perro. Pero con tanto viaje… No sé, igual hay que tener nuevos objetivos ahora que parece que vamos a estrenar una normalidad nueva.

Ayer pensé que, aunque esta vida me encanta, algún día volveremos a la normalidad, no a la nueva, sino a la vieja. O, incluso en la nueva normalidad, tendré que volver a hacer cosas que ahora me parecen innecesarias, como coger un coche e ir a la oficina, como coger un avión e ir a una reunión. Si puedo hacer lo uno y lo otro desde casa, ¿qué necesidad tengo de moverme? Ha tenido que llegar una pandemia para poder teletrabajar, al menos temporalmente.

Mi objetivo en la Fase 3 es ir a la playa. Sí, lo sé, podría haber ido en la Fase 2, pero no sé, no me ha cuadrado, no he podido. Y pintarme las uñas de los pies, que ya es época de sandalias. Aunque estos días va a llover y, de hecho, esta mañana ha tronado mientras aún estaba en la cama. Y luego se ha puesto a llover. Ah, qué delicia.

Hoy he tenido un buen día: anoche, dormí mucho y bien.

No hay comentarios:

Publicar un comentario