En poco tiempo he acabado dos jerseys, el Bite Sweater de mi hermana la gafapasta, y este jersey en punto ajedrez que traigo por aquí hoy. Vi el patrón de este jersey en una revista que tenía mi madre un día el año pasado. Y, tras comprobar que más o menos entendía el patrón y lo veía realizable, lo quise para mí. Compré la lana entonces y, viendo que era un proceso largo (y tras el frustrante primer intento de jersey, que al final tuvo un final medio feliz), decidí empezarlo en verano para tener listo para este invierno.
Sí, sí, el verano pasado.
Obviamente no es lo único que he tejido este tiempo, pero sí que ha sido un proceso largo. Afortunadamente, ya me conciencié de ello, así que poco a poco iba haciendo, sin agobiarme, sin desesperarme, pero tampoco sin dormirme. Y poco a poco tuve lista la espalda, luego el delantero, luego una manga, luego la otra, luego un trozo de la capucha y luego otro. Y entonces, cuando llegas a ese punto, te das cuenta de que necesitas a un experto en puzles para conseguir convertir todos esos trozos en (algo parecido a) un jersey.
Sorprendentemente, me puse a coserlo y sí, finalmente ¡se convirtió en un jersey! Con capucha. Y, aún más sorprendente aún, me va perfecto de talla. Y me encanta, lo adoro, es calentito pero no pesa nada de nada.
Y como me sobraba mucha lana, aproveché a tejer unos mitones a juegos, cuyo patrón lo saqué del primer número de la revista de Pearl Knitter. Un proyecto cortito, rápido y estupendo para aprovechar restos de lanas. Yo sé de una que ya me ha pedido unos para ella (guiño, guiño, ¿eh, gafapasta sister?).
En las fotos, el jersey y los mitones. Este jersey es como el vestido ese del otro día: las fotos no reflejan su color real. La más parecida es la foto de la foto del móvil. El color (casi) real es el del fondo.
Y, como es jueves, ¡nos vamos a RUMS!