
Llevaba conmigo varios CDs de los que tengo habitualmente en mi coche, pero ya los tenía más que escuchados durante esos días, así que cogí uno enigmáticamente etiquetado como “MP3” y me dejé sorprender. Me encontré con una heterogénea, poco ortodoxa y casi imposible combinación de estilos tan sorprendentes como inesperados. Y eso que yo misma había grabado el CD: la banda sonora de “El fantasma de la Ópera” se mezclaba con Amaral, Bon Jovi, Antònia Font y música folk asturiana. Así, a lo loco. Tan mal lo grabé que las primeras canciones de cada CD original estaban grabadas seguidas. Así, cuando me descubrí a mí misma con ganas locas de escuchar “El fantasma de la ópera” entero, tuve que ir saltando cuatro canciones entre pieza y pieza.
La cuestión es que después de pasarme 350 Km cantando a todo trapo canciones de “El fantasma” me entraron ganas irrefrenables de ver la película de nuevo, la de Joel Schumacher con Gerard Butler y Emmy Rossum. Y como cualquier excusa es buena para ver a Gerard Butler, cuando volvía a casa, la vi. La encontré en versión original, así sin subtítulos ni nada, yo a lo loco, venga. Y disfruté como una enana, mucho, mucho, mucho.
Creo que sólo la había visto en su momento, en el cine, hace como diez años (glups). En su día, me impactó mucho y me encantó. Por eso no entiendo por qué durante tantos años la he olvidado, no la he vuelto a ver ni había escuchado su banda sonora en tanto tiempo. Ahora es mi última obsesión. Creo que fliparía viendo el musical en directo. Eso sí, no sé si me gustaría un fantasma que no fuera Gerard. Qué hombre. Emily Rossum también lo hace bien, en su momento me pareció un poco pava, pero ahora que la conozco como la Fiona Gallagher de Shameless, me parece fabulosa. Pero Gerard es lo más. Creo que lo descubrí en esta película y no ha hecho más que mejorar con el tiempo. Cualquier excusa es buena para ver una película de Gerard. Y si sale cantando, aún más.
Ahora, cuando tengo ganas de ponerme música de esa que sabes que te va a alegrar el día, en vez de la banda sonora de “Frozen” me pongo la de “El fantasma”. Y es lo más. Lo más de lo más. Para muestra, un botón.