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Empecé a ver “Gru 2. Mi villano favorito” de Pierre Coffin y Chris Renaud en un avión, de camino a no sé dónde, pero la copia que tenía estaba en portugués y… bueno, mi portugués no es demasiado bueno. Luego finalmente la vi en un idioma que entiendo más y la disfruté tanto como la primera parte. Me encanta Gru, me encantan sus personajes y los minions son adorables. Tengo ganas de ver ya su película.
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“El chico de tu vida” de Robert Luketic es de esas pelis que igual no debería confesar que he visto. Bueno, qué más da. Es lo que tienen las fiestas y las ganas de no moverte del sofá. Es la historia de una chica de la América profunda (digo yo), hiperenamorada del famoso de turno con el que gana una cita en un concurso montado para lavar su imagen. No sé, la peli me pareció bastante tonta, no me podía creer que fuera taaaan tonta, pero creo que en realidad se reía de sí misma y eso también tiene mérito. Y sale Ginnifer Goodwin como amiga de la protagonista y me cae muy bien.
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No sé qué decir de “Love Actually” de Richard Curtis. Me encanta y no me canso de verla. Esta vez la vi en una noche de insomnio provocada por un dolor insoportable de garganta. Cualquier cosa que pueda decir de esta película es buena. Y esta vez descubrí que el restaurante en la última secuencia de la historia entre Colin Firth y Lúcia Moniz está en el puerto de Marsella y que pasaba por delante de él cada día cuando estuve allí la última vez, en un congreso. Si lo llego a saber, entro a verlo.
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Vi “Mi vida en ruinas” de Donald Petrie porque salía Nia Vardalos, la protagonista de la estupenda “Mi gran boda griega”. No es, ni mucho menos, tan fresca y divertida como aquélla, pero bueno, recordad que estaba enferma. La protagonista es una guía en una agencia de viajes a la que no le gusta ni su trabajo, ni su vida, ni los terribles turistas que le tocan siempre. Pero en uno de esos viajes con turistas empieza a ver la vida de otra manera. Bah, no es nada del otro mundo, pero he descubierto a un griego guapísimo (no os creáis que es verdad que los griegos son todos guapísimos. Yo en cuatro meses en Creta sólo vi dos). El griego en cuestión es Alexis Georgoulis, que en la peli tiene un aire a George Correface, pero aún más guapo. Me lo pido.
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“Noche de fin de año” de Garry Marshall es de esas películas que intentan imitar a “Love Actually” en lo de coger una fecha importante y meter un montón de famosos en unas cuantas historias que se cruzan entre sí. Y lo que en “Love Actually” funciona con la precisión de un reloj (y hasta con un toque de magia), en “Noche de fin de año” no funciona para nada (igual que en “El día de San Valentín”). A mí ver tanta gente buena en una cosa tan mala me pone de mal humor.
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“Buscando a Nemo” de Lee Unkrich y Andrew Stanton es maravillosa, se mire por donde se mire. Y para una bióloga especializada en temas marinos es el paraíso. Adoro esta película, es otra de esas que no me canso de ver, tengo ganas de achuchar a Nemo todo el rato y me muero de ganas de ver la segunda parte. Si aún hay alguien en la faz de la Tierra que no la ha visto, no sé a qué espera.
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Y de momento es todo. Creo que he visto (casi) más películas en estos días de vacaciones y enfermedad que en todo el resto del año. Cosas que pasan.