miércoles, 13 de agosto de 2014

Huerto en verano

Hace mucho que no escribo sobre mis plantas, lo que no quiere decir que me haya olvidado de ellas. Bueno, algunos días sí, pobres, con el calor que hace…

No ha sido éste un año especialmente esplendoroso en tomates. Sí, he tenido (tengo aún) muchas plantas, sí, han salido muchos tomates, pero son pequeños, muchos de ellos no parecen querer madurar y, aunque algunos han sido deliciosos, otros han sido muy fibrosos.

De pimientos sólo he tenido una planta y alguno (bueno, uno) ha salido bastante grande, otro no está mal y hay aún dos que están creciendo.

Las fucsias siguen dando flores, pocas, muy pocas, pero son tan, tan, tan bonitas que con que haya una ya me basta.

El fresal ha dado algunas (muy sabrosas) fresas y últimamente crece a un ritmo muy alegre. Incluso ya se está reproduciendo y tiene unos cuantos estolones, que estoy intentando que enraícen en plantas nuevas.

Los tres pequeños cactus que re-adopté de mi maravilloso (y ya desaparecido) cactus gigante van viento en popa. No estaba muy segura de su supervivencia, pero tienen un aspecto maravilloso.

El aloe vera ha sufrido una terrible planga de cochinillas, igual que los mini-claveles. El aloe, tras una limpieza en profundidad y pasar una temporada en la UCI, parece que está libre de la plaga. Los mini-claveles también, aunque en este caso el método de cura fue una poda intensa (pobrecillo). Parece que ahora salen nuevos brotes.

He conseguido averiguar qué le pasaba a una hoja de la orquídea, que tenía una fea mancha negra. Lo averigüé cuando la misma mancha apareció en otra hoja, en una nueva y sana. No es una mancha: es una quemadura. Es lo que pasa cuando tienes la orquídea en la cocina, peligrosamente cerca del tostador. Tengo que tener más cuidado.

El resto, bien, gracias.










lunes, 11 de agosto de 2014

Harry Potter belga

Llevo bastante retraso en mi idea de colgar por aquí todos los ejemplares de mi colección de Harry Potter internacionales. Así que, no nos durmamos en los laureles y vamos a lo que vamos.

Compré la edición en neerlandés del libro en mi primer viaje a Bruselas y, concretamente, en mi primera visita a Brujas. Es otra de esas ediciones de las que no recuerdo nada de la librería en la que lo compré. Sí que recuerdo que, en aquel primer viaje a Bruselas, me quedé un par de días más para conocer la ciudad y alrededores y, en uno de esos días, fui a Brujas (allí volvería tres años después, pero en compañía). Y allí compré el libro cuya portada no he visto, de momento, en ninguna otra edición.


 Harry Potter en de Steen der Wijzen.
 

Brugge (Brujas), Bélgica. Octubre 2011.

domingo, 10 de agosto de 2014

ArtNit

Viernes noche. (El de la semana pasada, ay, ¡qué rápido pasan los días en verano!).

Pueblo perdido en mitad de la isla, al que hace años emigró mi hermana la gafapasta.

Noche de arte (ArtNit la llaman). Una cita ya ineludible en nuestras noches veraniegas.

Pinchos, vinos, pasear por las calles y entrar en casas y locales que se convierten, por unas horas, en galerías de arte.

Encontrar las medusas progenitoras de la que decora mi salón.


El indescriptible show de Cibersheep.

Bichitos que tienen poco de seres vivos.



 Imaginación con la arqueología futurista.


Y, tras la medianoche, fiesta en la plaza.

Primero, Vivian Caoba.

Después, dos djs pinchando música mientras un artista dibuja trazos y palabras en un cuaderno, que son como sueños proyectados en pantalla grande. Qué belleza, cuántas verdades, verdades como puños.





Y, de repente, suena esta canción, “Maria” de Blondie.


Me encanta.

Y en esa noche divertida, un poco loca, en la que me acuerdo mucho de una persona y bastante de otra (en ambos casos, demasiado), me viene a la cabeza la última noche en Creta, hace casi ya 6 (glups) años. Ahora que lo pienso, no fue la última noche, pero sí la última noche de fiesta. En un coche rojo de alquiler, despidiéndome de mi vecino, sonaba esta canción y le conté que a partir de ella, escribí toda una historia. Bueno, aún no estaba (ni está) acabada, pero sí está en mi mente. Y allí, en la plaza del pueblo de mi hermana gafapasta, rodeada de amigos, arte y con algo de alcohol corriendo por mis venas me juré a mí misma que escribiría más, que acabaría todas esas historias que tengo a medio contar, que ya basta de dejar cosas a medias.

La de tonterías que el alcohol te hace prometer.

miércoles, 6 de agosto de 2014

"This Isn’t The Sort Of Things That Happens To Someone Like You" de Jon McGregor

Compré este libro en Tropismes, mi librería favorita de Bruselas, en uno de los (tres) viajes que hice el invierno pasado, aunque no sabría decir en cuál (casi diría que en el segundo). Esta librería tiene una pequeña (pero bien surtida) sección de libros en inglés y, en uno de esos viajes, descubrí este libro. Lo compré por el título: “Este no es el tipo de cosas que le pasan a alguien como tú”. Me pareció un título maravilloso. No conocía de nada al autor, pero con un título tan poético, debía estar bien.

El libro es una recopilación de relatos, de historias muy diferentes, muy variadas tanto en temática como en longitud, desde tan sólo una línea hasta varias páginas. También el estilo es diferente, algunas son divertidas, otras te hacen pensar y otras son profundamente tristes. En general, todas las historias tienen un punto ligeramente poético: me parece que éste es de esos autores que escriben poesía incluso cuando escriben prosa. Y me encanta ese estilo.

En general, me ha gustado mucho, algunas historias más que otras, pero es un autor del que me gustaría leer más cosas. Tiene libros (algunos publicados en español) con títulos tan sugerentes como “Si nadie habla de las cosas que importan” o “Ni siquiera los perros”, así que creo que éste no será el último libro suyo que lea.

martes, 5 de agosto de 2014

Arte en la calle

El otro día, cuando hablé del paseo por Florencia, me olvidé mencionar una cosa que me llamó poderosamente la atención. Es de esas cosas que, aparentemente, parecen una tontería. Pero te llaman mucho la atención y son esos detalles que te quedan grabados de los lugares que visitas.

Por toda la ciudad, encontramos en varios sitios representaciones de obras de arte famosas cuyos protagonistas llevaban puestas caretas de buceo. Me llamaron la atención, supongo que porque todo lo relacionado con el mar me llama mucho la atención, y les hice algunas fotos, divertida.

Hoy mismo, pensando en esta entrada, he estado brujuleando por internet y he encontrado que estas obras forman parte del proyecto “L’arte sa nuotare” (“El arte sabe nadar”) de un artista anónimo, Blub y que se puede seguir a través de Instagram y de Facebook. Me ha parecido un proyecto curioso, divertido, interesante y muy sugerente.

Y es que no todo el arte tiene que estar en museos.





lunes, 4 de agosto de 2014

Soportando el paraíso

Cuentan por aquí que el escritor británico Robert Graves, tras vivir en Oxford y Cairo después de la Primera Guerra Mundial (de la que salió profundamente marcado), buscaba dónde establecerse con su pareja de entonces, la poetisa Laura Riding. Por lo visto, le pidió consejo a la escritora norteamericana Gertrude Stein y ésta le dijo algo así como “Mallorca es el paraíso, si eres capaz de soportarlo, querido Robert”. Y se vinieron a Mallorca.



Y eso es de lo que se trata, de soportar el paraíso.


jueves, 31 de julio de 2014

Florencia

El primer día de turismo en Roma, no lo pasamos en Roma precisamente: nos fuimos a Florencia.

Lo de ir allí fue una decisión difícil y laboriosa. Bueno, no. Alguien me dijo “¿Y no vais a salir de Roma?”. Y yo, que ya conocía bastante Roma pensé “¿Y por qué no?”. Lancé la idea a mis compañeras de viaje y dijeron “¡¡Adelante!!”.

Lo dicho, una decisión difícil y laboriosa.

Así que (en contra de la opinión de un colega italiano que me advirtió sobre lo mal que le parecía que intentara conocer Florencia en un solo día), después de unas cinco horas de sueño, madrugamos para viajar hora y media en tren y llegar a Florencia.

[Inciso: para los que vivimos en una isla, eso de coger un tren y poder ir a casi cualquier lugar es una auténtica y alucinante maravilla].

[Inciso 2: odio hacer turismo en verano en ciudades del sur de Europa. Y quiero dejarlo claro, no se vaya a pensar alguien que porque el año pasado turisteara por Milán y Venecia en pleno julio y este año hiciera lo propio en Roma y Florencia me guste hacerlo. No, no me gusta. Pero me veo obligada por las circunstancias: 1. Reuniones de trabajo en julio a lugares chulos y 2. Billetes de avión baratos en verano que aprovechan mis compañeros espontáneos de viaje].

Decía que fuimos a Florencia. Lo mejor: ver el David de Miguel Ángel. Yo no soy nada, nada, nada de ir a museos, no sé nada de arte, pero flipé viendo el David. No podía dejar de mirarlo (y no sólo porque representa un tío bueno, sino por lo bien que está representado dicho tío bueno). Lo peor: el calor. Y es que hay que estar muy locos para hacer turismo de ciudad en pleno verano en el sur de Europa (ver Inciso 2).

Me gustó ir a Florencia. Por supuesto, con más tiempo la hubiera disfrutado más, pero me encantó tener la oportunidad de echarle un vistazo. Algún día volveré. Subiré de nuevo a la colina desde la que se tiene una visión maravillosa de la ciudad y su puente Vecchio. Volveré a atravesar dicho puente. Me perderé por su callejuelas. Incluso tal vez vaya de nuevo a algún museo. Y me iré a comer algo a alguno de los restaurantes que hay en la primera planta del mercado que hay cerca de la estación de tren. Y conoceré los campos y pueblecitos que la rodean, en la Toscana.

Seguro.