Todo empezó con un post de
Molinos sobre el cuestionario de Proust, comparando sus respuestas con las que en su día dio David Bowie. Después,
Gordipé y
Bichejo también dieron sus versiones del cuestionario. Y yo, aunque no conozco mucho a Proust, iba contestando mentalmente a las preguntas que iba leyendo así que pensé, ¿y si las escribo?
Pues aquí están.
¿Cuál es tu idea de la felicidad perfecta?
Un día junto al mar, en una playa de arena blanca, aguas cristalinas, una sombrilla para cuando me canse el sol y un libro para los ratos que no esté en el agua viendo peces. Y si tuviera a alguien querido a mi lado, pues mejor.
¿Cuál es su característica más relevante, más importante?
Soy transparente. La gente que me conoce no se acuerda de mí. Me refiero a la gente que me conoce poco. A veces es estupendo, puedes evitar a indeseables, pero a veces es un poco rollo que ni las puertas automáticas se abran a tu paso. Lo bueno es que no soy transparente para la gente que de verdad me conoce. Menos mal.
¿Cuál consideras que es tu mayor logro?
Haber acabado la tesis doctoral. En diez años, pero la acabé. Fue un esfuerzo personal brutal, mental y físico. Creo que aún no me he recuperado y eso que hace ya dos años.
¿Cuál es tu mayor temor?
Perder a la gente que quiero, verles sufrir. Y últimamente tengo un temor absurdo de no reproducirme.
¿Con qué figura histórica te identificas más?
Anita Conti. Alguien una vez me llamó por ese nombre, desconocido para mí. Cuando busqué quién era me di cuenta de que me habían soltado un piropo como la copa de un pino: fotógrafa, escritora, exploradora y primera oceanógrafa francesa. Me gusta pensar que el que me llamó por ese nombre no estaba equivocado y me parezco a ella. Ojalá.
¿A qué persona viva admiras más?
Creo que a nadie en concreto. A los que son capaces de compaginar vida familiar y vida laboral y mantenerse cuerdos.
¿Quiénes son tus héroes en la vida real?
Los que siguen creyendo que la humanidad vale la pena y trabajan aportando su granito de arena en condiciones adversas: desde voluntarios en zonas de conflicto bélico hasta médicos que les recortan el sueldo pero no pierden la sonrisa cuando te atienden.
¿Cuál es el rasgo qué más deploras de ti mismo?
La baja autoestima. No me quiero demasiado, sobre todo a nivel físico (una vez me dijeron “Tú eres guapa, lo que pasa es que no lo sabes”) y eso hace que en los campos en los que me siento más segura, como el laboral, actúe a veces de manera que algunos interpretan como pedantería.
¿Cuál es el rasgo que más deploras en los demás?
La falta de coherencia.
¿Cuál es tu viaje favorito?
Los cuatro meses que pasé en Creta, por la isla y por el ritmo de vida pausado que llevaba allí. De los que me quedan por hacer, me encantaría hacer alguna vez un voluntariado en la África negra.
¿Cuál es para ti la virtud más sobrevalorada?
La fortaleza. Sí, mola lo de ser fuerte y tal, pero todos necesitamos de vez en cuando alguien en quien apoyarnos. Y eso no es malo.
¿Qué frases o palabras usas más?
No hace mucho me he dado cuenta de que acabo muchas frases con un “¿eh?”. También uso mucho “ostras”.
¿De qué te arrepientes más?
Me he arrepentido de muchas cosas en mi vida, pero a corto plazo. A medio y largo plazo las he ido olvidando, así que muy transcendentales en mi vida no debieron ser. Eso sí, debería haber hecho más tonterías de jovencita. De más reciente, me arrepiento de no haber cambiado un vuelo de avión para pasar un fin de semana con alguien que me pidió que lo hiciera. Me encantaría saber qué hubiera pasado si lo hubiera hecho. Espero que esto también lo acabe olvidando, pero no estoy tan segura.
¿Cuál es tu estado actual de ánimo?
En tonos de gris.
Si pudieras cambiar algo de tu familia, ¿qué cambiarías?
Me hubiera gustado que hubiera sido más numerosa, tener más hermanos y, en general, más familia cerca. Y que cierta intolerancia de mi padre desapareciera.
¿Cuál es tu posesión más valiosa?
En términos puramente económicos, mi
CocheCapricho, aunque no sólo económicos, porque llegó a mi vida en el momento que más necesitaba un capricho superficial. Sentimentalmente, no lo sé. He asumido que podría vivir sin muchas cosas de las que me consideraba inseparable (un anillo, una tobillera). Tal vez este portátil, creo que toda mi vida actual está aquí dentro. Pero estoy hiperorgullosa de mi colección de
Harry Potter en idiomas varios.
¿Cuál consideras que es el estado vital más miserable?
Sentirte solo cuando estás rodeado de gente. Tener cerca a alguien a quien quieres y saber que nunca le podrás tener. Sentir dolor, de cualquier tipo.
¿Dónde te gustaría vivir?
En una casa con una puerta roja, con un pequeño jardín con uno (o dos)
Ginkgo biloba y un pequeño espacio para cultivar un huerto y flores. Cerca del mar, junto a una zona con rocas para bucear viendo peces y a una distancia a pie de una gran playa de arena blanca. Preferiblemente, en una isla mediterránea. La mía me sirve. Pero quiero una puerta roja.
¿Cuál es tu ocupación favorita?
Leer, escribir, buscar la velocidad/abertura de diafragma adecuadas para que la foto quede como quiero, tejer, bailar, tirarme en el sofá sin pensar en qué hora es, estar con la gente que quiero (familia, amigos) y pasar el tiempo con ellos. Estar cerca o en el mar u otra masa de agua.
¿Qué cualidad te gusta más en un hombre?
El sentido del humor, la conversación inteligente y la fortaleza. Y esto último no es contradictorio con la respuesta a la pregunta once. Me gustan los hombres que no se amedrantan cuando me hago la dura. Y unos ojos profundos. Me miran un poco
asín y me enamoro.
¿Qué cualidad te gusta más en una mujer?
La perseverancia para conseguir cosas que aparentemente sólo consiguen hombres sin caer ni en la seducción de sus superiores, ni en la masculinización de su comportamiento. La maternidad llevada con naturalidad y no como un don de su superioridad moral hacia las que (aún) no tenemos hijos.
¿Cuáles son tus nombres favoritos?
Ni idea. De pequeña tenía nombres favoritos, ahora ya no (ja, de algo parecido hablé
aquí).
¿Cuál es tu lema?
“Estudiad como si fuerais a vivir eternamente; vivid como si fuerais a morir mañana” (San Isidoro de Sevilla). No sé si la cita y/o el autor son correctos, pero me encanta la filosofía que encierra.
Y con esto de un bizcocho, aquí se acaba el cuestionario de Proust.