martes, 28 de agosto de 2018

Sin aliento

No recuerdo exactamente qué pasó. Sé que dijo o hizo algo. O simplemente, apareció. Sé que, fuera lo que fuera, me dejó sin aliento. Sé que me alejé todo lo que pude, tenía excusa para hacerlo. Salí de allí a paso firme, andando sin parar, bajando las escaleras con decisión. Y cuando llegué a un punto en el que sabía que estaba fuera del alcance su vista, me paré. No podía respirar. Me ahogaba. Respiré hondo, tratando de llenar los pulmones, de recuperar el oxígeno que no había entrado a ellos al quedarme sin aliento. Ojalá recordar qué hizo o dijo, pero de verdad que no lo recuerdo. Pero recuerdo la sensación de ahogo, el no poder respirar, el pensar en que no debería dejarme llevar por sentimientos tontos. Pero me ahogaba. Y entonces supe que había vuelto a perder la batalla.

4 comentarios:

  1. O puede ser una nueva oportunidad de ganarla!
    Del amor no se puede huir; ni deberíamos.
    ¿Cuantas veces te has enamorado? NO pasa todos los días, es un premio.
    Vívelo. :)

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