martes, 29 de marzo de 2016

En primavera

Estamos en primavera. Y mis plantas lo saben.

Lo sabe el miniclavel, que sorprendentemente ha revivido después de mucho tiempo.

Lo saben las buganvillas, que llenan mis días de flores brillantes que se desperdigan por el balcón. (Nota: es absurdo barrer las flores de buganvilla del balcón en un día ventoso).

Lo saben los guisantes, que siguen saliendo como locos en la única planta que sembré este año.

Lo saben las fresas y los ajos, que crecen felizmente, unas junto a los otros.

Lo saben las fucsias, que están en plena explosión floral.

Lo saben los narcisos, aunque sólo he tenido una flor, que se abrió ayer. De momento.

Lo saben las tomateras y pimientos, que crecen aún protegidos por un invernadero lleno de polen de olivo. La albahaca aún no lo sabe y por eso aún no ha germinado.

Lo saben las zanahorias, aunque han salido menos de las que pensaba. Y hasta lo saben los puerros, que finalmente parece que alguno ha enraizado.

Y lo saben, sobre todo, mis gingkos. Como siempre, casi sin previo aviso, han empezado a crear hojas y hojas, con esa pasión y espontaneidad que les caracteriza.

Y esto sólo es el principio.













2 comentarios:

  1. Pues esta primavera ha matado a mi flor de Pascua que aguantaba valientemente desde Navidades. Había conseguido hasta que le salieran hojitas nuevas, que para no gustarme mucho las plantas, me llenaba de un absurdo orgullo.

    Ahora viviré sin plantas hasta diciembre, no tengo buena luz en casa y para que se me mueran y llevarme el disgusto, paso.

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    1. Mi flor de Pascua está k.o. también, qué rabia, no hay manera de que me sobrevivan.
      Yo tengo mucha suerte porque tengo muy buena orientación y mucha luz. Pero no te creas, se me mueren muchas cosas también, pero esas no las enseño, ¡jajaja!

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