miércoles, 29 de julio de 2015

“Los minions” de Pierre Coffin y Kyle Balda

Los minions son unos bichitos amarillos que hablan muy raro y que se ganaron el protagonismo en las películas de Gru. El objetivo de los minions es servir a un villano, por eso se llaman minions, que significa esbirro.

Esbirro, qué palabra tan fea. Me gusta más secuaz o compinche. A mí, oír la palabra esbirro en una peli para niños me da repelús. ¿Quién usa esbirro en la vida real? Vale, sí, hay que fomentar el conocimiento de palabras nuevas y no debemos hablar sólo de “buenos” y “malos”, pero esbirro me suena fatal.

Me suena a adicto a las birras. Pero un tipo feo, barrigudo y adicto a las birras.

Me despisto. Fui a ver la peli de los minions porque me parecen criaturas simpáticas y con un triste objetivo en el planeta, lo de servir a un villano. Pero son graciosos, pequeñitos, con un número variable de ojos (eso me encanta) y bastante torpes. La peli es estupenda para una tarde de verano, te ríes, pasas el rato y acabas pensando que estos bichos son adorables. Y casi acabas entendiendo su idioma.

Yo soy muy fan de las pelis de dibujos, así que igual no soy objetiva. Y soy muy fan de los minions, así que soy aún menos objetiva. Me lo pasé genial. Eso sí, seguro que si la hubieran titulado “Esbirros” y les hubieran cambiado el nombre por “esbirros”, no sería el superéxito que es.

Con lo chula que es la palabra secuaz.

Qué bonitas son las zetas.

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