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jueves, 23 de mayo de 2013

El aeropuerto de Munich

Siento debilidad por el aeropuerto de Munich, no sé muy bien por qué. No conozco Munich ciudad, pero sí puedo decir que su aeropuerto me da muy buen rollo. He estado allí ya varias veces, al menos 5 en el último año y siempre han sido unas escalas muy agradables: no tan cortas como para tener que correr por el aeropuerto, no tan largas como para querer morir.

El aeropuerto de Munich tiene varias cosas que me gustan. Una es una zona de relax en la que hay sillones y asientos para medio recostarte, enchufes por doquier e incluso unas cabinas cerradas con camas. Pero a ésta zona sólo vas cuando tienes conexiones fuera de Europa y sólo la visité una vez. También tiene una tienda en la que encontré un chocolate con sal y caramelo, muy similar al que conté aquí que buscaba, que es absolutamente delicioso. Pero también es sólo accesible para las conexiones intercontinentales. Y estuve en diciembre, así que ya me he quedado sin chocolate. También me gusta que en una de sus tiendas puedes comprar macarons, que ya enseñé aquí y que no, aún no me he puesto de nuevo a intentar cocinarlos.

Del aeropuerto de Munich también me gustan sus amplias cristaleras, sus 15 minutos de wifi gratuito (podrían ser más…) y sus zonas donde tomar café y té de manera gratuita.

Pero lo que más me gusta del aeropuerto de Munich es una tienda de productos de papelería, Fabriano. Es una tienda italiana y, de hecho, en diciembre la descubrí también en el aeropuerto de Roma. Pero la primera que descubrí (en octubre, volviendo de Croacia) fue la de Munich. Y allí vuelvo cada vez que paso por ese aeropuerto.

En Fabriano compré una pluma con la que escribí una carta larga y terrible, una pluma con tres puntas de tres grosores diferentes que uso siempre que puedo. También allí he comprado varios cuadernos de diferentes tamaños, un mini-lápiz, un llavero (que es ahora el llavero de mi coche nuevo) y unos cuantos rollos de washitape. Me encanta esta tienda, es luminosa y alegre. Me encanta entrar y perderme en sus estanterías, ver todas las cosas que tiene: bolígrafos, plumas, lápices, portaminas, cuadernos, tarjetas, bolsos, carteras y mil y una cosa más que van (más o menos) variando cada vez que paso por ahí. Algunas cosas tienen precios prohibitivos, sobre todo las cosas de piel, los bolsos y algunos complementos como pendientes de papel, pero el precio de cuadernos e incluso de plumas, bolígrafos y portaminas es bastante razonable.

Soy muy, muy fan de esta tienda, lo admito. Ya lo sabía, pero lo he confirmado al recopilar algunas de las cosas que he comprado en los últimos tiempos, para hacer la foto. Y ahí están. ¿Soy yo o se aprecia cierta tendencia al rojo?

martes, 21 de mayo de 2013

CocheCapricho


Como ya conté aquí, tengo coche nuevo, CocheCapricho, el coche que siempre he querido, del color que siempre he querido: un Volkswagen Polo de color rojo.

Ha sido una evolución casi natural, pasar del Citroën al Volkswagen, algo así:


No, en serio. Me he sentido cómoda en CocheCapricho desde el primer minuto que salí con él del concesionario. Es un coche maravilloso de conducir, lo encuentro muy confortable y, simplemente, me encanta.

Y el color, ¡oh, el color! Rojo. Me encanta el rojo. Me chifla el rojo. Rojo Flash, se llama. Qué más da. Es rojo y me encanta.

El otro día, mirándolo de lejos pensé en lo bonito que era (¡Es taaaaan guapo!) y no me podía creer que fuera mío. Aún no me lo creo mucho.

Ya he superado el terror de conducirlo el primer día; sólo pensaba “por favor, que no pase nada…”. Más que nada, porque me hubiera dado una vergüenza infinita admitir que lo había estrellado el día que lo estrenaba. Ahora sigo sintiendo terror porque le pase algo pero, no nos engañemos, algún día será el día del primer rallajo, del primer golpe, del primer susto. Pero intentaré asumirlo con tranquilidad (¡ja!).

Eso sí, mi tortuguita que estaba en mi viejo ZX también forma parte del Polo. Tampoco hay que ser demasiado radicales con los cambios.

En fin, pues aquí está, CocheCapricho. Se parece mucho (mucho) al de la portada del catálogo del modelo. Pongo esa foto, porque aún no tengo ninguna decente del coche entero.



viernes, 29 de marzo de 2013

S'Hort de sa Cova

Hoy tenía planeada una excursión con unos amigos. Pero ayer por la noche, la idea de ir hoy de excursión no me atraía demasiado. Qué diantres, no me atraía en absoluto. No tenía ganas de salir, de estar con gente, de seguir adelante. Tenía ganas de pasar un día más en casa, si hacer poco más que arreglar cosas, tejer, descansar y aislarme del mundo. Y me fui a dormir sin saber si hoy iría o no de excursión.

Pero no podía evitar pensar en esta frase que leí ayer mismo:

No matter how you feel, get up, dress up and show up.

"No importa cómo te sientes, levántate, arréglate y aparece."

Así que esta mañana he hecho eso: me he levantado, me he arreglado y he ido de excursión.

Ha sido una buena idea.

Y he acabado aquí. Junto al mar,


en el mar,


con un libro en las manos.


Y he acabado el día cocinando panades.



Así que ya sabéis:

No matter how you feel, get up, dress up and show up.

Vale la pena.

sábado, 9 de febrero de 2013

Contradicciones

Normalmente, lo que quieres hacer y lo que tienes que hacer se contradicen.

Por ejemplo, yo este fin de semana quería irme a pasarlo a un refugio cerca del mar con amigos. Pero tengo una lista de 15 “deberes” laborales que tengo que dejar listos antes del miércoles. O, mejor, del lunes.

A mi pesar, me he despertado (involuntariamente) temprano esta mañana, aún sintiéndome algo idiota por renunciar a un fin de semana de diversión y amistad por unas responsabilidades laborales que, en realidad, son más que laborales, extra-laborales diría yo. De esas que me gusta hacer y que me enganchan de vez en cuando, por voluntad más o menos propia. Como decía, me sentía aún un tanto idiota y con ganas de salir corriendo hacia el norte de la isla (a pesar del frío, del viento y las nubes) cuando he cometido la tontería de revisar el correo del trabajo. Y allí estaba. Un mensaje del jefe:

“Nisi, deberías revisar este informe antes del lunes por la mañana”.
¡Antes del lunes por la mañana!

Y se me ha ido un poco la idiotez, pensando que he hecho bien en quedarme, que tengo que dejar la lista de 15 (+1) deberes listos. Y que tengo que hacer además deberes de inglés (redacción incluida) para el martes.

Y aquí estoy, en un sábado frío de febrero, avanzando en la lista de deberes.

Se hará largo, este fin de semana.

Pero, entre tanto, voy haciendo algunas otras cosas para relajarme y positivizarme (he estado algo negativa esta semana). Como acabar el gorrito de la foto (con pompones incluidos), que me parece bastante mono, pero que no me queda demasiado bien. Serán los colores. (Otra contradicción para el fin de semana). O volver a mi proyecto falda, después de haber conseguido (¡¡sí!!) más lana que se me estaba acabando. O descubriendo el placer de volver a pintar, más bien colorear, del que ya hablaré por aquí otro día.

Hoy mi sábado, mi fin de semana, está lleno de contradicciones. Pero tal vez ahí esté la fuente de nuestras energías.

¡Feliz Sábado!

viernes, 25 de enero de 2013

Luchando contra los dementores

Los hospitales son como los dementores: absorben toda tu energía, tu alma y te dejan vacío.

Odio los hospitales.

Esta semana he pasado más horas de las deseables en uno. Aunque no era enferma, sino acompañante, el efecto de los hospitales en mí es el de los dementores: me dejan vacía. Intento invocar a mi patronus para evitar ese efecto, pero no aparece.

¡Expecto Patronum!

Nada.

Han sido unos días largos.

Ha hecho mucho frío, ha llovido mucho e incluso ha habido alguna tormenta espectacular que ni he sido capaz de disfrutar.

Y sé que no me debería quejar, no ha sido nada, un susto y ya está.

Pero esa ruptura abrupta de la rutina, ese tener que detener tu vida repentinamente, tus planes (viaje de placer incluido), me desmorona, me descoloca totalmente.

Sólo te das cuenta de lo maravillosa que es la rutina cuando te ves obligada a interrumpirla abruptamente.

Y esa sensación de vacío, de desolación, de tristeza, de cálida frialdad que me dejan los hospitales me impide sentir nada más. Ni rabia por haberme perdido un viaje que hacía meses planeábamos; ni tranquilidad por saber que no ha sido nada; ni felicidad por pasar horas y horas allí, charlando, leyendo, viendo la tele o jugando a las cartas; ni ilusión por reengancharme al viaje para disfrutar al menos de una parte.

¡¡Expecto Patronum!!

Que no.

Sólo quiero dormir. Acurrucarme en mi cama de sábanas de franela, en mi sofá naranja tapada con mi manta verde. Quiero dormir y que el mundo allí fuera se pare. O mejor aún, que siga girando sin mí. Total, si ha podido hacerlo durante 3 días, podría seguir haciéndolo siempre, ¿no?

Igual esto me sirve para curarme de mi síndrome de la bandeja de entrada vacía (esa incapacidad que tengo de irme a dormir dejando algún correo sin leer): tengo más de 50 correos pendientes de leer en la cuenta del trabajo. Y no los leo porque sé que no los voy a responder, ni hacer nada con ellos: estoy sin energía.

¡¡¡Expecto Patronum!!!

Nada, no aparece.

En la foto, árboles, carril bici y lluvia, mientras intentaba invocar a mi patronus, desde una habitación de hospital.

sábado, 29 de septiembre de 2012

El final de la cuenta atrás

Tengo el blog a medio gas.

Es algo totalmente consciente y voluntario.

Estoy en pleno final de la cuenta atrás.

Quedan 4 días, cuatro, para que acabe.

Años y años de trabajo por las tardes, por las noches, los fines de semana y las vacaciones van a dar, por fin, su fruto.

En cuatro días defiendo mi tesis doctoral.

Curiosamente, lo que más me ilusiona de este final no es que me vaya a convertir en doctora (aunque no de las que pinchan y recetan medicamentos). Lo que más me ilusiona es que a partir de ahora mi tiempo libre tomará una nueva dimensión. Podré pasarme una tarde entera tumbada en el sofá vegetando sin sentirme culpable. Las vacaciones cobrarán un nuevo sentido para mí. Aún me parece alucinante.

La banda sonora hoy la pone Europe y su “The Final Countdown”. No puedo imaginarme una banda sonora mejor. Encima, fue el primer casete que me compré en mi tierna juventud.


miércoles, 12 de septiembre de 2012

Terra incognita

Terra incognita. Del latín. "Tierra desconocida". Territorio aún no explorado por el hombre.

Actualmente, no existen territorios que no haya explorado el hombre.

O tal vez sí.